Aumentos salariales y lágrimas de cocodrilo

Es interesante detenerse en algunas encuestas recientes que reflejan los comentarios políticos de los CEO de las principales corporaciones multinacionales que están produciendo en nuestro país, como ser la realizada para el Instituto de Desarrollo Empresarial Argentino (IDEA).
Las expectativas de los empresarios son muy buenas para el próximo semestre. Y no es para menos: subsidios a mansalva por parte del Estado (hasta para pagar sueldos), todo tipo de exenciones impositivas y prebendas de todo tipo, continúan siendo las principales políticas del gobierno KK de los monopolios.
No conformes con ello, los empresarios extorsionan diciendo que es clave para el aumento del nivel de empleo una mayor articulación entre el Estado y las compañías, mayores incentivos fiscales y cambios en las condiciones de contratación. Nadie les cree, porque los trabajadores sabemos que están produciendo a full porque los negocios son grandísimos. Lo que ellos buscan –como siempre- son más beneficios y mayor superexplotación…
Si bien es cierto que las empresas declaran que la actividad económica tendrá un desarrollo positivo en lo que resta del año, no menos cierto es que también señalan que su principal preocupación son los costos laborales.
Pero todo este discurso con lágrimas de cocodrilo queda al desnudo cuando vemos que el 60% de las empresas consultadas reconoce que han podido transferir a los precios los aumentos salariales otorgados en el último año; sumado a que un 25 por ciento admite que la suba de sus precios fue mayor o mucho mayor en comparación a la suba de costos en la mano de obra. Es decir, lo que les arrancamos por un lado nos lo sacan por el otro…
Justamente, la cuestión salarial lidera el ranking de las preocupaciones empresariales para sus negocios en el 2010. «Aparece un desequilibrio entre a fuerza de negociación salarial empresaria comparada con la sindical, y este equilibrio pareciera estar en un límite difícil». Entiéndase “fuerza sindical” como la presión de los trabajadores por nuestros justos reclamos.
Para ver si con alguna nueva maniobra logran apaciguar un poco los ánimos que de por sí bastante caldeados están, más allá de la contención que intentan hacer los gremios), la presidenta le indicó ayer al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que realizara la convocatoria al Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil que debe reunirse todos los años. También manifestaba a los empresarios que “el aumento en las jubilaciones y asignaciones, así como el de los salarios, no puede tener correlato en los precios «. (¿?)
¡Pero qué lindo augurio!… Se ve que por los canales de televisión de la Casa Rosada sólo transmiten Alicia en el país de las maravillas…
Sería interesante que en vez de hablar tanto, hicieran algo concreto para que esto no ocurra… Evidentemente, que hagan eso es imposible, porque más allá de lo que boconean en los discursos, están todos sentados en la misma mesa. Y el Consejo del Salario es un claro ejemplo de ello: monopolios, Estado y sindicalistas (la vieja y querida santa alianza) bien juntitos en la misma mesa viendo cómo hacen para ponerle freno a la lucha por nuestra dignidad como trabajadores, que no se detiene.
Y ahí está, la verdad de la milanesa, como dice el dicho popular. Los trabajadores debemos continuar peleando por lo que nos pertenece, porque –como vemos- la única forma de conseguirlo es arrancándoselo a las empresas y a su Estado, con nuestra lucha cotidiana.
No estamos solos, cada victoria que conseguimos, por más pequeña que parezca, es una victoria de toda la clase obrera y el pueblo, que está buscando fortalecerse desde una experiencia unitaria, en pos de objetivos cada vez mayores.

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