ARGENTINA GENEROSA

Los importantes analistas burgueses hacen un “pequeño balance” del crecimiento económico argentino de este año que nos describe la realidad tal cual es, pues lo hacen desde la frialdad de los números y por más condimento especulativo que les quieran dar a sus cifras nos muestran con claridad las fabulosas ganancias que están haciendo los monopolios en nuestro país.
Un dato contundente y algunas consideraciones de sus propios conceptos. En los últimos cinco meses la tasa de crecimiento económico en Argentina fue del 8,6%; y de seguir así en lo que resta de este año se estaría al mismo nivel en porcentajes a las tasas de crecimiento chinas (alrededor del 10% anual), las más altas del mundo.
Es bueno aclarar que conceptualmente en términos burgueses, el crecimiento económico es el del Producto Bruto Interno a nivel global, y la tasa la sacan de la relación entre los factores productivos (capital, tierra, trabajo y tecnología), haciendo una diferenciación con desarrollo económico que es la medición de la calidad de vida de los habitantes de un país; para medir esto toman el PBI per cápita y el crecimiento en salud, educación y vivienda (lo que denominan calidad de vida). Esto muestra a todas luces que cuando hablan de crecimiento económico se están refiriendo pura y exclusivamente a sus ganancias.
¿Es necesario aclarar, acaso, que la caída del poder adquisitivo de los trabajadores y del pueblo cada día es mayor? ¿Es necesario explicar que la salud pública, la educación y la vivienda decayeron a niveles bajísimos? No existen estadísticas que nos puedan sacar de encima las necesidades tremendas y los padecimientos que se ven incrementados cada día y sufrimos los argentinos. Pero lo más grave es que ese crecimiento del cual hablan está asentado en niveles de superexplotación nunca antes vistos.
Tiene razón la presidenta Kirchner cuando se vanagloria en sus discursos planteando que “Nunca en la historia la Argentina tuvo semejante nivel de crecimiento económico”. Lo que le falta decir a esta alcahueta de los monopolios, y manipuladora de las estadísticas es que nunca antes en la historia el pueblo argentino estuvo, realmente, tan lejos de una vida digna.

Compartí este artículo