A Camuzzi Gas Pampeana no le preocupa volar un pueblo entero

Un grave acontecimiento ocurrido el 1° de Agosto en la ciudad de Bolívar, ha hecho que no se hable de otra cosa por estos días en la zona. El tema preocupa en serio a la población y no ha sido registrado por ningún medio nacional ni provincial.

Esa mañana, el pueblo se despertó con una explosión tan grande como una bomba. Al rato se conoció que había explotado y volado una casa, y que la familia que allí vivía, milagrosamente había salvado su vida. Decimos milagrosamente, porque si uno observa cómo quedó la casa, es inexplicable cómo se salvaron los vecinos que estaban allí.

La cuestión es que en esa calle y en esa casa, hacía muchos días que se sentía y se había comprobado un fuerte escape de gas. Así lo manifestaban los vecinos, que dicho sea de paso, vieron cómo se despedazaban los vidrios de sus casas y la mampostería, producto de la explosión.

Se supo inclusive, que por temor, los habitantes de la casa habrían mudado sus pertenencias el día anterior, en espera de que la empresa hiciera algo, ya que en la casa se habían realizado las pruebas y no había escape alguno.

Es decir que acá, de esta barbaridad, el único culpable es la empresa CAMUZZI GAS PAMPEANA y por tanto Juan José Mitjans -presidente del directorio- que entre otras cosas, fue jefe de las privatizaciones de los años 90 que tanto éxito auguraban y que aún hoy, siguen respaldadas y subsidiadas por el gobierno de los monopolios.

Es decir que por negligencia, podría haber volado en mil pedazos un barrio entero con cientos de muertos, y eso es una realidad que no nos podemos callar. Debemos juzgar y analizar en manos de quién esta nuestra seguridad y los servicios.

Nos contestamos: en manos de una empresa que el único interés que posee es la ganancia, y tal es su interés ,que en ningún momento cortaron el gas, pues eso les provocaría indudablemente perdidas y les haría mala propaganda.

Una empresa que no le importa la gente, le importan sólo sus negocios. Y la duda ahora es que no se sabe si en el pueblo hay otras pérdidas, o en cuántos sectores hay más fugas de gas y qué otra casa puede volar.

Como si fuera poco, esta compañía tiene funcionarios procesados hasta con embargos, como Matias Bourdieu, que cumple funciones de vicepresidente 2º en otra empresa que tiene esta gente, que se llama Gas Pampeana.

El resultado es gravísimo: una familia (y con mucha suerte) se quedó si su hogar, muchos vecinos sin vidrios y no se sabe aún si hay más perdidas o si solucionaron la que había en ese barrio. Lo que queda en claro sin ninguna es en manos de qué delincuentes estamos…
Estas empresas, que manejan el negocio del gas y que deciden quién tiene derecho a calentarse y a cocinar y quién no, aumentando las garrafas a costa de la desgracia del 70% de nuestro país, que saca partido y jugosas ganancias gracias a nuestros padecimientos y a nuestro dinero, sumado a los millonarios subsidios que vienen recibiendo desde hace rato y aumentados bajo este gobierno, ahora se creen con el derecho a la vida de todos nosotros, a costa de sacar más ganancias.

Les da lo mismo que hubiese muertos, ya que si no los hubo fue por pura casualidad, les da lo mismo volar a un pueblo entero.

El pueblo esta que arde con esta situación, pues no tiene certeza  si hay mas escapes o no, cómo es el estado de la red, ni siquiera si saben o si están preparados para prevenir otra explosión. Además, nadie, de parte de los funcionarios estatales, emitió opinión alguna; tampoco los partidos políticos. Es decir, como buenos cómplices ,todos (vaya a saberse cuántas coimas hicieron falta para que se callen la boca), nada dijeron sobre una situación tan grave ,que a esta altura, debería haber trascendido en los medios nacionales.

Sólo el pueblo entendió: esta gente, por plata y negocios, con millonarios subsidios del Estado, mata. Sabemos lo que son y esto no va a quedar acá, lo que falta es que encima culpen a la familia o algún gasista para lavarse las manos; son delincuentes, capaces de asesinar a quien sea, por un pedazo más de tajada.

Pero las cosas no quedarón allí. El pueblo movilizado obligó no sólo a pagar por triplicado los daños, sino además, a comenzar inmediatamente las obras en toda la ciudad, echo que llevó a que despidieran algunos gerentes zonales de la compañía. El poder político continúa debilitándose con esto. Los vecinos ejercerán controles sobre la multinacional y se obligó a venir al gerente general, delincuente, a que se comprometa a solucionar en una semana el desastre.

Y la cosa sigue, sumado al grado de calentura que se vive… todo va subiendo la temperatura.

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