TURNOS ROTATIVOS: INHUMANOS POR NATURALEZA

Hay semanas que entramos a trabajar cuando todo el mundo se va a dormir. En otras, tenemos un horario normal de 6 a 14hs. Y luego, nos toca trabajar de tarde, para salir a la noche, llegar a casa e ir a dormir, para volver a empezar. Noche, mañana y tarde, así es como los trabajadores nos vemos obligados a llevar la vida a destiempo, según nos toque el calendario de la empresa, para garantizar que las máquinas funcionen las 24 hs durante los 365 días del año.

Muchas de las funciones vitales de nuestro organismo son dirigidas por sistemas muy complejos, donde células y otras partes vitales «obedecen» y «siguen el ritmo» de un mecanismo preciso y constante. Es lo que conocemos como el reloj biológico humano, el cual, si llega a fallar, puede ocasionar importantes trastornos de comportamiento.

Según estudios, los cambios en turnos rotativos, producen desincronización del “reloj biológico” del organismo. Se sabe que la destrucción de esta estructura provoca la ausencia completa de ritmos regulares en los humanos.

Es una especie de imposición de cuándo hay que despertarse, cuándo hay que comer, cuándo hay que acostarse, cuándo hay que trabajar… Este tipo de organización del trabajo, controla la vida, de tal forma que no quede tiempo para que desarrollemos nuestra vida individual. De esta manera las empresas pretenden tener el dominio total de nuestras vidas haciéndonos exclusivos de sus negocios. Y por sobre todas las cosas de esta manera quieren controlar que los obreros no nos organicemos políticamente.

Los trabajos por turno rotativos, tienen efecto sobre nuestra salud. Los estómagos, son los primeros que notan el cambio de turno, ya que reciben la comida según el nuevo turno, provocando un desarreglo en la alimentación. Problemas de alteraciones gástricas, sobre todo úlceras, son de lo más común. Como así también las alteraciones nerviosas, manifestándose en forma de vértigo, angustias, depresiones, fatiga, irritación, perturbación del sueño, mal humor y hasta la pérdida de la visión en muchos casos.

La perturbación del sueño, dado por el cambio de horario, provoca dificultades para dormir el tiempo suficiente y lograr un buen descanso, (de hecho el hombre es un animal de hábitos diurnos). Esto provoca la falta de concentración y  el permanente riesgo de accidentes laborales.

También, cabe destacar los efectos de los turnos rotativos en las posibles repercusiones negativas sobre la vida familiar y social. Así es como frecuentemente tropezamos con la dificultad para organizar la vida familiar (no poder disfrutar de nuestros afectos, desarreglos en los horarios de comida, realización de las tareas domésticas, compras, distracción y entretenimientos, capacitación, etc.), en suma, mantener relaciones normales. El trabajo nocturno, el trabajo de fin de semana y el trabajo en días festivos son problemáticos para las actividades de la familia, en su esparcimiento o, simplemente, para estar juntos. La perturbación de la vida social, con amistades, la participación en eventos sociales y políticos, grupos deportivos, grupos culturales, recreativos, etc., es totalmente irregular debiendo renunciar a menudo a la asistencia de todo tipo de actividades.

Los turnos rotativos son inhumanos en esencia, y son el fiel reflejo de la perversidad que tienen los monopolios a la hora de pensar en la reproducción de sus ganancias.

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