La historia se repite…

“Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y otra vez, como farsa.” Carlos Marx (En su libro El 18 de Brumario de Luis Bonaparte)

Y acá tenemos los ejemplos: la viudez de Isabelita y la viudez de Kristina. La muerte de un líder burgués como Perón y la muerte de un “progresista” como Kirchner.  Aquel velorio multitudinario y éste. Aquella crisis política y esta crisis política. Aquella debilidad política y esta debilidad política, ya instalada y en aumento.

El circo del dolor fomentado hasta el hartazgo por los medios, no pudo esconder que, por abajo, había otras sensaciones que aparecieron el mismo día de la muerte de Kirchner. Es que en el seno de cada fábrica no sólo se insultaba por lo repodridos que estaban los trabajadores, por el bombardeo de los medios, sino también por los exagerados logros que cínicamente se enarbolaban y pretendían poner de relieve sobre el mandato K.

Pues es claro que nadie pasa por alto la situación salarial, la inflación, las patotas gremiales y las vacaciones -que muy difícilmente muchos puedan gozar en este estado de cosas.

La semana pasada la mismísima Cristina dijo -en referencia al asesinato de Mariano Ferreyra- «que algunos buscaban un muerto para salir adelante», aludiendo al oportunismo del P.O. y la izquierda que se abroquelaron en torno al escandaloso asesinato. El pez por la boca muere y, como un bumerang de plomo, la frase retornó al lugar de donde partió, más pesada y cargada de incertidumbres y augurios poco promisorios para la quebradiza superestructura política.

La historia se repite pero esta vez como tragedia política para la burguesía, pues en medio de todo este sinfín velatorio y mediático, la lucha de los trabajadores y el pueblo no está latente, está presente y cada vez de forma más decidida.

El juzgamiento de los que pretendieron hacerse con un liderazgo prestado y mentiroso apoyado en la corrupción, en los negociados, en las mentiras, etc., ya lo hicieron los trabajadores y el pueblo al no darle más que un mero comentario, y a veces con malicia, sobre Kirchner muerto. Al ir a trabajar como todos los días, al putear por la guita que no alcanza, al comentar que muchos de los que fueron a la plaza son los vagos de los planes sociales, los punteros pagados por ellos, los sindicaleros, etc.

Si algo puso de manifiesto este velorio es que son minoría. Nadie se escandalice por ello por esa malicia y la bronca que hay. Millones viven con menos del mínimo indispensable y miles mueren de hambre y enfermedades. Millones no pueden estudiar, etc. Millones no tienen viviendas. ¿Cuáles fueron los logros de Kirchner?

La bronca de la que se escandaliza la burguesía tiene fundamentos infinitamente más justos y humanos que el sentimiento de compunción y recato que nos quieren meter.

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