Seré curioso, Sr. Ministro: ¿de qué se ríe?

Un memorable poema de Mario Benedetti, podría ilustrar perfectamente este artículo.

Hace apenas unos días, reapareció en la escena pública el ministro de economía Amado Boudou, dejándonos nuevamente uno de sus lúcidos pensamientos: “la inflación es un problema que sólo preocupa a la clase media alta”.

Es un paso importante, si se quiere, ya que hasta no hace mucho, para el gobierno de los monopolios la inflación no existía en tanto y en cuanto Moreno y el INDEC así lo dijesen…

Esta nueva ofensa a la inteligencia del pueblo argentino por parte de uno de los encumbrados guardianes de los intereses monopolistas, no hace más que continuar cavando la tumba de un proyecto de país para pocos –montado en el engaño y en pintorescos discursos progres- que se desmorona por su propio peso y por la decidida acción de los trabajadores y el movimiento de masas que ya no estamos dispuestos a dejarles pasar ni una más.

Sin pretender en esta breve nota extendernos sobre la falta de sustentación material que lleva implícita la definición de “clase media alta” desde un punto de vista marxista del análisis de clases, lo que bien valdría la pena preguntarle al ministro es a qué clase pertenece él, o en todo caso también, con quiénes se sienta habitualmente a la mesa, habiendo estudiado en la Universidad del CEMA y viviendo actualmente en el lujoso barrio de Puerto Madero.

Hay una verdad de perogrullo que es el tema de conversación en cada uno de los hogares obreros y populares: los que menos ingresos tenemos somos los más castigados por esta irrefrenable alza de precios que está destruyendo nuestras vidas y carcomiendo nuestro nivel de vida cada minuto cada día.

“No hay plata que alcance”, es una frase que puede escucharse en cada rincón de nuestro país cada vez que dos personas se reúnen… por más que el gobierno de los monopolios pretenda desoír este reclamo o tratar de convencernos que “la economía va bien y que todo lo hacen por el pueblo”… Los aumentos que les arrancamos en las últimas paritarias ya pasaron a ser un recuerdo lejano, porque en realidad, teniendo más plata en el bolsillo ganamos menos que antes. Inmediatamente después que les sacamos algo por un lado, nos lo quitan por el otro, y en esto no hay vuelta. Es decir, nuestros salarios se licuan rápidamente al ritmo de la inflación creciente.

Los que dicen que está todo controlado porque “se pueden poner los ingresos a salvo comprando en cuotas fijas en pesos”, se están riendo en la cara del pueblo y merecen el mayor de los desprecios: evidentemente en nada los ocupa la única realidad que viven millones de familias que –en muchos casos- ya no saben qué hacer para parar la olla, sin abordar por supuesto todas las demás necesidades básicas sin resolver, como la vivienda, la salud, la educación, y ni hablar del esparcimiento y el descanso.

Es evidente que para la gran mayoría de la población la cabeza no está puesta en comprar otra cosa que no sea comida, y la única alternativa es cuidar el peso a rajatabla, porque el incremento de los precios de los alimentos es lacerante.

El plan de los monopolios que lleva adelante este gobierno, sus medidas y decisiones, obran en su conjunto en contra del pueblo. A la par de los florecientes negocios monopolistas, el empobrecimiento de las mayorías es inocultable.

Así ejercen hoy su dominación: apriete económico y agobio social contra el pueblo, eso sí, con un discurso de justicia social, respeto a los derechos humanos, etc., etc.

Algo debemos tener muy claro como clase y como pueblo: que ellos hagan lo que quieran, la mentira tiene patas cortas y el engaño queda -cada día que pasa- más desnudo.

En el recrudecimiento de los conflictos en todos los rincones del país, la clase obrera y el pueblo vamos experimentando que sin lucha no ganamos nada, y que el principio para conquistar esos reclamos, es la unidad y la movilización.

…“de su ventana

se ve la playa

pero se ignoran

los cantegriles…


por eso digo

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe


… ustedes duros

con nuestra gente

por qué con otros

son tan serviles


por eso digo

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe


…los estudiantes

y los obreros

ponen los puntos

sobre las íes


por eso digo

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe


…después de todo

usté es el palo

mayor de un barco

que se va a pique


seré curioso

señor ministro

de qué se ríe

de qué se ríe.”


Extractado del Poema Seré Curioso, de Mario Benedetti, en el libro Letras de emergencia (1969-1973)

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