La tercerización profundiza la explotación y divide a la clase obrera ¡Basta de contratados!

A partir del conflicto de los trabajadores tercerizados ferroviarios de la ex línea Roca donde la patota sindical de Pedraza, amparada por la empresa, la policía y el gobierno, produjeron de un balazo la tan lamentable y repudiable muerte de Mariano Ferreyra,  se instaló, nacional y masivamente, el debate sobre las condiciones de trabajo.

Nuevamente desde el gobierno quieren salir a ponerle paños fríos a la situación y salen a defender lo indefendible. En este caso pretenden hacernos creer que la tercerización y los contratos de trabajo eventual son positivos para la economía, pero que el problema es que en nuestro país se aplica mal.

Como si estuviese asombrado, el ministro de Trabajo Carlos Tomada, en una entrevista en el diario Pagina 12, salió a vociferar que van a ser “más estrictos” en los controles con la tercerización laboral. También dijo que: “La tercerización en sí no es una mala palabra. El mundo está organizado de esta manera”.

Por otro lado, proponen sancionar antes de fin de mes un proyecto de ley propuesto por Recalde, Piumato y la CGT que no prohíba a las empresas subcontratar mano de obra, pero que los empleados puedan elegir el convenio laboral que quieran. Es decir: hagamos lo que sea necesario, pero no dejemos de tercerizar.

El secretario de la Unión Industrial Argentina, De Mendiguren, también salió a plantear que si se impide que las empresas contraten servicios tercerizados puede «atentar contra la competitividad» del sector. «La tercerización es una herramienta para la competitividad de las empresas, es una tendencia mundial».

Por otro lado, en una nota en el diario La Nacion, se hace referencia a dos referentes economistas burgueses, Leontief y Mincer, donde los dos coinciden que la tercerización tiene una mala fama pero que es una realidad de la economía mundial en un mundo globalizado. Y que el problema es de cómo se la aplique.

MIENTE, MIENTE, QUE ALGO QUEDARA

La famosa frase del ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, “Miente, miente, que algo quedará”, debería ser la consigna de cabecera del gobierno porque, como vemos, desde intelectuales, pasando por el ministro de Trabajo y empresarios de la UIA, sindicalistas, más todos los alcahuetes de turno, quieren salir a defender con la mentira una de las formas de contratación de trabajo más miserables del capitalismo. Ya que se dice de todo, menos que el objetivo real de la tercerización es el de profundizar la explotación y el de dividir a la clase obrera.

La tercerización es utilizada de diferentes formas por las empresas. Trabajadores por contratos temporales; trabajadores tercerizados que hacen el mismo trabajo que los efectivos de la empresa y otros casos donde tercerizan sectores enteros de la rama productiva.  Estos compañeros no solo sufren diferentes condiciones remunerativas y de contratación, si no que son usados por las empresas para dividir a través del chantaje donde en una empresa conviven “los que están mejor y los que están peor”. Unos son los efectivos y otros los contratados o tercerizados, donde en la mayoría de los casos son contratos temporales por necesidades productivas de las empresas y luego son descartados como trapo viejo.

La burguesía utiliza muchas formas para su dominación, y una de las fundamentales es la de dividir a la clase obrera como clase. Dentro de una misma fabrica: entre efectivos y contratados, entre diferentes sectores; con color de ropas de diferente; como así también entre obreros de diferentes fabricas por gremio: metalúrgicos; ferroviarios; papeleros; transportistas, etc. Pero la única realidad es que los obreros formamos parte de una misma clase, que necesita vender su fuerza de trabajo para subsistir, enfrentados con la otra clase, la burguesía, que se apropia de nuestro trabajo para su beneficio individual.

Por lo tanto es necesario que los trabajadores rompamos con todas las formas de engaño y división que nos impone la burguesía, y nos unamos como clase para cambiar de una vez por toda nuestra historia.

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