El “proyecto nacional y popular” del gobierno está atado con piolines

En los últimos días comienzan a sonar campanas muy fuertes sobre la situación económica de los países del bloque al cual pertenece nuestro país.

Que devaluación en Brasil, que invasión de nuevas fábricas automotrices de China en el vecino país, que cierre de exportaciones Argentinas por acumulación de stock a los países destinatarios de nuestros productos, que recesión en EEUU y Europa y así una catarata de situaciones límite, acorde con lo que pasa en el planeta.

Cada vez más la frase mágica que utiliza la burguesía monopolista “blindar la economía”, da cuenta de la estupidez en que están inmersos o en su defecto la profunda subestimación que tienen a sus pueblos.

Si el sistema capitalista genera la anarquía de la producción y con ello la anarquía en los diferentes estamentos políticos y sociales, hoy por hoy esa anarquía se está desarrollando en una profunda crisis política y económica, en descomposición del sistema.

No exageramos al decir que el mismo que otrora podía planificar a largo plazo, pensando en décadas, hoy, prácticamente nadie sabe dónde está parado. La crisis cíclica del sistema ha dado paso a crisis permanentes y estructurales en donde todo está a prueba, en estado de ensayo, error y más error.

Qué sector de la oligarquía financiera en el mundo puede decir y hacer a sus anchas en momentos en donde entran a jugar muchos factores políticos y sociales inéditos, bajo un sello de luchas de clases incomparablemente superior a otras épocas del capitalismo.

NADA NOS DEBE SORPRENDER

Es en estos marcos en donde fundamentalmente la clase obrera Argentina tiene que tener en claro que los negocios por arriba, los planes productivos, la euforia y estupidez de los políticos ante esta coyuntura no tienen una base mínima de solidez. Son planes y negocios de rapiña con el intento de someter a nuestro pueblo no ya a salarios Chinos, sino a salarios Indios y Vietnamitas o sea cuatro veces inferior al gigante Asiático.

Lo que la oligarquía financiera y sus lacayos políticos en nuestro país no entienden o no quieren entender es que los tiempos han cambiado y que los negocios por arriba que entrarán a hacer agua indefectiblemente querrán hacerlos pagar a la clase obrera y a todo el pueblo, justo en un momento de la historia de nuestra revolución en que el movimiento revolucionario comienza a dar pasos interesantes hacia su conformación.

La oligarquía presiente e intuye que las cosas ya no son tan fáciles y batallan en medidas políticas defensivas en todos los planos, fundamentalmente en donde la lucha de clases se hace sentir como en el caso de la provincia de Santa Cruz y no menos intensa en Chubut.

Esta vez la crisis por arriba la deberán pagar los de arriba, por abajo se atizará la rebelión, entenderán por las buenas o por las malas que la experiencia de décadas ha comenzado a generar las fuerzas materiales para la movilización y lucha permanente del pueblo.

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