El gigante se ha puesto en marcha

En la década de los ’70, como consecuencia de la derrota del movimiento revolucionario que puso en jaque el poder de la clase dominante, la clase obrera debió resignarse a la actividad exclusiva en el ámbito de la lucha económica, alejada del escenario de la lucha política, desde donde durante décadas fue el caudillo de todo el pueblo en las confrontaciones clasistas. Esta ha sido hasta el presente -pese a los innumerables intentos de las vanguardias obreras que, por distintos caminos, han intentado rearticularlo- el éxito mas importante de la oligarquía financiera, lo que le ha permitido avanzar hasta aquí en sus planes de expoliación y explotación de todo el pueblo.

Pero las cosas han cambiado. Las miles de luchas llevadas adelante en los últimos años por los obreros han generado una amplísima vanguardia que, rápidamente, encontró un “techo” en la lucha económica para concretar -sin dar un salto en la calidad del enfrentamiento- sus aspiraciones de cambios profundos y estructurales que hacen a la felicidad y el protagonismo de todo el pueblo.

En las últimas semanas se vienen llevando adelante en las más importantes regiones industriales del país reuniones de obreros que, desde sus luchas, empiezan a delinear y definir, con la óptica de la clase, los grandes trazos políticos para la materialización del movimiento obrero revolucionario.

Esto ha sido posible por la profunda convicción de que las miserias y calamidades a que nos somete el capitalismo no son sectoriales, no son por rama de la producción; son de toda la clase y, como tal, debemos enfrentarlas clase contra clase.

Uniendo las luchas económicas con la lucha por la construcción del poder, a través de esta indispensable herramienta de clase que dará sustento y futuro a la revolución en marcha.

Como parte inseparable de la clase, nuestro partido pone a disposición todo su esfuerzo, concentración e inteligencia colectiva en esta gesta de la vanguardia obrera, que será la bisagra fundamental para cambiar el presente y darle una salida a las aspiraciones populares de vivir una vida digna.

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