La información y difusión de los verdaderos problemas del pueblo dependen de los medios que pueda manejar el propio pueblo

La noticia trascendió apenas, aunque el gobierno “nacional y popular” de Cristina Kirchner hubiera querido que permaneciera oculta desde su inicio: La Embajada de Estados Unidos en Argentina “donó” 3 millones de dólares, supuestamente destinados a construir un Centro de Respuesta a Emergencias en el Aeropuerto Internacional de Resistencia, Chaco. Pero este “convenio de cooperación de EE.UU. con el Chaco”, firmado por el propio Jorge Capitanich, esconde algo más que la “ayuda” desinteresada de la gran potencia de América del Norte.

Pretendía ser, ni más ni menos que, la puesta en marcha de una fábrica de drones: aviones no tripulados que son utilizados con fines bélicos para tareas de espionaje y bombardeo; fábrica articulada por el Comando Sur, una organización estadounidense para la planificación de contingencia, operaciones y seguridad en América del Sur y otras regiones aledañas, que vela por la protección de los recursos militares de EEUU en estas regiones.

Estos 3 millones de dólares serían el desembolso inicial de un monto total de 100 millones de dólares que EE.UU. colocaría en el Chaco para montar la fábrica de drones. El jefe actual de Comando Sur es el general Douglas Frazer, veterano de la guerra de Irak y uno de los principales impulsores y probadores de las ventajas de los aviones no tripulados. Frazer será reemplazado en breve por John Kelly, quien también es un veterano de Irak y tuvo participación activa en la instalación de la base militar de Fuerte Aguayo, localidad cercana a Valparaíso, Chile. Y es que el país trasandino es otro más en la lista de Comando Sur, junto a Brasil y obviamente Argentina, destinado a recibir bases para extender las capacidades operativas de EEUU contra el “terrorismo”, según aclara el propio Gobierno estadounidense desde Washington.

El ejército de los EEUU, ejecutor de las políticas monopólicas en el mundo entero, necesita esta base en la región para dirigir sus ataques, estudiar nuestros recursos naturales, espiar las lucha de los trabajadores argentinos, y quedarse por la fuerza, cuando sea necesario, con nuestra agua, con el oro de la mega minería, las plantaciones de caña transgénica y arrozales a la costa del río Bermejo, expulsando a los pobladores y envenenando el agua de los ríos y lagunas y la tierra con el glifosato.

El gobierno provincial K nunca quiso mostrar el convenio que firmó con el Comando Sur y la Embajada norteamericana porque la letra chica del mismo autoriza el desembarco de personal militar norteamericano en nuestra patria. Por eso pretendían construir clandestinamente el hangar en el aeropuerto de Resistencia.

Frente a esta situación, el pueblo chaqueño viene movilizándose desde el mes de marzo, oponiéndose al proyecto en las calles mismas con una gran masividad; culminando el 25 de mayo con una movilización de más de 10 mil personas que marcharon a la base. De hecho, el proyecto mismo entra en un in pase, y la movilización y la decisión misma del pueblo chaqueño asestaron un duro golpe a los planes de los monopolios y sus defensores y administradores de turno, llámense gobierno nacional, gobierno provincial y medios de comunicación masiva (oficiales y “oposición”).

Que Ley de Medios por parte del gobierno, que Libertad de expresión por parte de los grupos “opositores”, todo es una fachada que lo único que hace es ocultar los problemas centrales, que son las disputas intermonopólicas por intereses y negocios, y que nada tiene que ver con los medios en sí o la libertad o no de expresión. Nada podemos esperar del conjunto de medios de comunicación que copan la difusión de información de forma masiva (llámense noticieros de aire, cable, radios, diarios, etc), porque todos, en definitiva, defienden los intereses de los monopolios.

Por ello debemos valorizar y revalorizar los medios populares de comunicación: radios barriales, periódicos zonales, de fábricas, blogs y páginas de medios alternativos que expresan diferencias con los medios monopólicos. Por acá es por donde pasa la real información del pueblo. Alentémoslos porque desde los medios populares es desde donde también se puede aportar para romper el aislamiento de la información que la burguesía ha instalado desde todos sus medios.

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