Eliminar el impuesto a la ganancia sobre el salario con movilización y unidad

La lucha contra el impuesto a la ganancia sobre el salario, desde nuestro punto de vista, resume también la lucha por salario familiar universal para todos y paritarias sin límite.
Dada la coyuntura política que se generó a partir de la marcha del 27 de junio pasado que no sólo fue la manifestación a Plaza de Mayo sino también la movilización, asambleas, el estado deliberativo generado a nivel nacional y la apertura de un espacio que pujaba por hacerse grande y que así encontró la forma de abrirse nacionalmente, es que impulsamos con fuerza este reclamo, convencidos que detrás del torrente creado se enfilarán todas las reivindicaciones de la clase obrera y del pueblo.
Nuestra lucha es por la unidad de la clase obrera y de ésta con todos los sectores populares contra la explotación y contra las miserias a las que nos condena este sistema.
Y dado que las conquistas se logran con la acción, fuerza contra fuerza, pulseando contra los intereses de la oligarquía financiera es que planteamos que los pasos que transitemos deben ser dados a nivel nacional y en forma unitaria por la clase obrera.
Ahora, esa unidad hay que construirla desde la base, desde cada fábrica y sabiendo que en este preciso momento hay obreros reuniéndose, planificando y ejecutando ese plan que implica poner en movimiento una fuerza que venza la resistencia que la clase dominante va a ejercer para no dar marcha atrás ante el vigoroso embate del proletariado y los trabajadores en general.
Por eso es muy importante que los obreros y trabajadores de cada fábrica o empresas logren con su movilización y lucha que a la empresa en donde trabajan todos los días se le haga insoportable sostener la retensión del impuesto a la ganancia sobre los salarios. Lo cual se va a ver reflejado inmediatamente en toda la burguesía y en el propio Estado, el cual ya tambalea con grandes dudas y contradicciones respecto de la aplicación del mismo.
Nuestra lucha, nuestra agitación, nuestra movilización, nuestra organización, debe ser local y regional con un contenido nacional ya que a quien tenemos que doblar el brazo no es a una sola empresa monopolista sino a toda la burguesía monopolista que retiene ese impuesto sacándole triple jugo: el primer jugo es la disminución del salario que el trabajador se lleva al bolsillo, el segundo jugo es que la empresa descuenta ese monto que retiene en sus cuentas bancarias sobre el que cobra un interés por varios meses hasta el momento en que debe rendirlo al gobierno.
Luego, el gobierno que recaudó esa masa de dinero, la devuelve a las grandes empresas convertida en subsidios, préstamos blandos (a bajo interés), y otros mecanismos financieros a las mismas empresas monopolistas para acrecentar sus ganancias. Así, exprime el tercer jugo. En definitiva, negocio redondo.
Como vemos, una muestra más del servicio que el Estado le presta a los monopolios contra el interés de los trabajadores y pueblo en general.
Por eso, como hemos dicho, es más necesario que nunca luchar contra este impuesto al salario. Y tener en cuenta que las grandes luchas y conquistas logradas a lo largo de la historia, siempre nacieron desde abajo y se impusieron por virtud de la fuerza lograda desde las bases.
En dichas luchas, el papel jugado por las dirigencias sindicales que, en su mayoría en las últimas décadas, jugaron siempre del lado de los monopolios, fue montarse sobre las movilizaciones y aparecer como los artífices de las mismas, lugar que la historia contada por la burguesía, le asignó para tapar el verdadero protagonismo del movimiento de masas que es el que verdaderamente decide. Un último ejemplo de lo que decimos fue la movilización del 27 de junio pasado en la cual, por fuera de las estructuras sindicales o con ellas montadas sobre el movimiento, jugaron los trabajadores en todo el país, manifestándose unitariamente contra el “dichoso” impuesto.
El impuesto al salario, políticamente está derrotado, ahora hay que bajarlo de las cuentas bancarias de las empresas y del Estado, para que no se nos descuente de nuestros salarios. Eso es obra de la movilización y la unidad que podamos lograr. Hacia allá vamos.
N. de R: Hemos modificado el título del presente artículo ya que podía prestarse a confusión. El concepto «bajar» fue empleado en el sentido de «eliminarlo» con la lucha y la movilización.
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