Un paso de gigante para la clase obrera y el pueblo

Un triunfo que tendrá consecuencias importantísimas para la organización y el desarrollo de la lucha de clases hacia la liberación de la clase obrera y el pueblo.

Los obreros del Ingenio San Martín del Tabacal (actual El Tabacal Agroindustria S.A., perteneciente a la transnacional Seaboard Corporation) protagonizaron una lucha que por su contenido y resultado marca un hito en la historia que hoy vivimos.

El conflicto se inició por aumentos de salarios (Ver nota del 26-08-2012 en esta misma página).

Desde el principio, se planteó como una ofensiva de la clase obrera contra uno de los sectores más concentrados del capital financiero representado, nada menos, que por una empresa identificada con los colores de la bandera norteamericana, es decir por el gendarme del imperialismo en el mundo. Los obreros plantaron bandera y dijeron: ¡vamos por más! ¡Estamos cansados de esta vida oprobiosa! ¡Queremos otra calidad de vida y por ello nos enfrentamos!

Es así que se inició el paro con una medida novedosa ya que sin plantearse formalmente como paro total de actividades, en los hechos, constituía un parate total de la producción.

La empresa, regenteada por funcionarios yanquis, quienes subestimaron la disponibilidad y el nivel político de los obreros, acorde a la situación generalizada de los trabajadores argentinos, respondieron con una medida que creyeron que iba a meter miedo: echaron a centenares de obreros y cerraron la planta haciendo un lock out.

Inmediatamente los obreros se hicieron dueños del terreno: cerraron los accesos al predio del ingenio y, con ello, cortaron toda la producción (azúcar, bioetanol, energía eléctrica).

Inmediatamente el monopolio recurrió al Estado quien mandó la represión. Hubo enfrentamientos muy duros. Pero, los capitalistas, el gobierno y la justicia a su servicio, ahora debieron enfrentarse no sólo a los trabajadores sino también a la población toda. No sólo físicamente en el lugar en donde se llegó a agrupar a más de 800 personas que con firmeza no dejaron avanzar a los represores quienes tuvieron que retroceder a su punto de inicio, sino que políticamente, la noticia corrió como reguero de pólvora concitando la simpatía de las poblaciones de localidades provinciales primero y, seguidamente, la adhesión de amplios sectores de la población nacional.

Maltrecha y con sus ropajes raídos, la burguesía debió comerse su prepotencia yendo a una negociación en la que tuvo que admitir el reingreso a la planta de absolutamente todos los trabajadores y comprometerse a no tomar represalias con ninguno, mientras, en el marco de la conciliación obligatoria decretada por el ministerio de trabajo, se siguen discutiendo los aumentos salariales que dieron origen al conflicto.

Desde lo económico se tienen que tragar que se vuelve a fojas cero (a pesar de los días que transcurrieron desde el inicio del paro), independiente de posibles descuentos a los obreros, porque el tiempo transcurrido y la pérdida financiera por la triple producción no tiene marcha atrás y, además, deben seguir discutiendo los aumentos de salarios.

Desde lo político, hay varias aristas que muestran un importantísimo paso para la clase obrera en su contienda contra el capitalismo monopolista de Estado.

El gobierno salteño de Urtubey, rueda por la pendiente y arrastra al gobierno nacional, pues está estrechamente identificada con Cristina Kirchner. Hay que recordar que durante la campaña electoral que la llevó a ser presidenta, se mencionaba el nombre del salteño como probable vicepresidente de la fórmula electoral. Ahora quiere despegarse del conflicto negando que hubiera mandado a las fuerzas represivas a tirar contra los obreros y la población.

Por su parte Cristina Kirchner, no aludió en ningún momento a esta extraordinaria batalla aunque tuvo micrófonos y red nacional de radio y televisión durante todos los días que duró el enfrentamiento.

La actitud de la presidenta y del gobernador K. es igual a la de los pequeños de 3 ó 4 años quienes se tapan los ojos y creen que nadie los ve.

Por su parte, desde lo político, este hecho ha mostrado lo siguiente:

  • La disposición ofensiva mostrada por los proletarios azucareros es una expresión de la combatividad de toda la clase obrera nacional.
  • La determinación y firmeza de enfrentar la represión y la capacidad de hacer retroceder al enemigo de clase y todo el aparato del Estado a su servicio muestra la fuerza propia y evidencia la debilidad del contendiente.
  • La virtud del proletariado de nuclear con su lucha a amplias fuerzas populares muestra el papel que esta clase cumplirá en el proceso de liberación que estamos transitando en esta fase ofensiva de las fuerzas populares.
  • Este conflicto, con un resultado inéditos en los últimos tiempos, reafirma el camino que debemos seguir y alienta los esfuerzos que se vienen realizando en el contexto nacional por dar materialización a la unidad de los obreros industriales y trabajadores en general que buscan una expresión de clase independiente de toda tutela burguesa a fin de ponerse, junto a su partido revolucionario y a sus vanguardias, al frente de la organización y dirección de la lucha de clases hacia el objetivo revolucionario de la liberación de la clase obrera y el pueblo, por una vida digna de ser vivida y disfrutada por quienes generamos toda la riqueza nacional.
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