Derrame Tóxico en Lanús: somos prisioneros de la impunidad y la desinformación

Es constante que los vecinos de Monte Chingolo en Lanús Este, en la zona sur del Gran Buenos Aires, sientan malos olores y tengan problemas de salud. Esto se debe a que las empresas que están asentadas en el parque industrial tiran sus desechos tóxicos sin ningún tipo de control del Estado, como sucede también en otros parques industriales de la zona.

Hace 2 años ACUMAR clausuró la química ARyL SA por producir contaminación en la zona. La empresa, ubicada en la calle Bouchard al 3100 en el parque industrial de Lanús Este, no fue controlada ni por ACUMAR ni por la provincia ni por el municipio luego de ser clausurada, quedando al aire libre barriles con sustancias tóxicas como el tricloruro de fósforo.

 A principio del mes de mayo, las continuas protestas de los vecinos fueron oídas: como era de esperar, se había producido una pérdida y derrame de esas sustancias tóxicas, generando vómitos y problemas respiratorios a 20 chicos y 2 docentes de escuelas linderas a la fábrica. Varias escuelas tuvieron que suspender sus clases: las primarias 53 y 50, las secundarias 19 y 20, y el jardín 920.

Gracias a las continuas protestas, y cortes de las avenidas Donato Álvarez y Centenario Uruguayo, salió a la luz la verdad y todo esto se supo. Lo extraño es que no se conoce todavía la cantidad de compañeros trabajadores afectados, ya que en ningún momento ninguna de las empresas del parque dejó de funcionar, así como tampoco se sabe cuántos vecinos fueron afectados, siendo ésta una zona densamente poblada, donde se encuentra a pocas cuadras un complejo habitacional de edificios de 10 pisos, en el que viven 1400 familias, ¿deberemos creer que la nube tóxica fue selectiva y sólo buscó las escuelas? Ante la avanzada de los vecinos, al municipio no le quedó otra que intervenir y llevarse los barriles tóxicos; pero en ningún momento hizo un plan de evacuación o una campaña de aviso sobre el riesgo, apenas se acercó una ambulancia a la zona. A pesar de la gravedad de esta situación, si uno camina por los barrios aledaños y pregunta, sólo tienen conocimiento de lo sucedido quienes tuvieron contacto directo a la información, por ejemplo los allegados a las víctimas, al resto de los barrios, sólo les llegó información parcial, en el mejor de los casos.

Luego de las protestas, los desechos tóxicos fueron sacados del patio externo de la química ARyL SA. Increíblemente, a pesar de la peligrosidad de este cargamento, el traslado a la ciudad de Campana se realizó en un camión de carga común, manteniendo a los barriles en todo momento expuestos al aire, con el riesgo de que otro barril se rompa, y sabiendo que las calles de Lanús son lo más parecido a una zona bombardeada, y sin avisar a los vecinos en ningún momento cuándo y por dónde iba a ser el traslado.

Acá hay responsabilidades tanto políticas como judiciales que permiten que estas empresas tengan los permisos para trabajar contaminando la zona, sin pensar en las vidas humanas. Toda esta desinformación también abarca a los medios masivos de “información” o mejor dicho desinformación, a quienes los vecinos llamaron y nunca se acercaron, comprobando que la complicidad del “oficialismo” y la “oposición” también es mediática: sólo uno de ellos vino y no generó más que un simple informe, sin resaltar la gravedad de los hechos. Tampoco se acercó nadie relacionado a la justicia diciendo que “estaban investigando” los sucedido. Y los políticos burgueses, como buenos cuervos, sobrevolaban el lugar tirando responsabilidades para uno y otro lado; sólo buscando rédito político en un año electoral, sin considerar que esto pudo convertirse en una verdadera tragedia que afectaría al pueblo, tragedia de la que ellos son cómplices, por no controlar la fabricación de productos tóxicos. Demostrando que a los monopolios no sólo no les interesan las miserables condiciones a las que nos somete la explotación laboral, sino que nos vuelven a explotar por segunda vez destruyendo el medio ambiente y poniendo a toda una población en riego severo.

Al día de hoy los vecinos siguen sintiendo olores y malestar sin saber con certeza si fueron retirados todos los barriles o será de alguna otra empresa del parque.

Exigimos que aquellos que se dicen autoridades actúen como tales y asuman sus responsabilidades o se vayan. Aunque el desprecio que muestran las autoridades hacia nuestra clase nos hace darnos cuenta una vez más que sólo la organización de nuestro pueblo va a lograr cambiar esta impunidad.

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