Pilar: la clase obrera sacude los cimientos del poder

En el día de ayer los trabajadores de la empresa Kromberg & Schubert de origen alemán, proveedora de mazos de cable a sus “compatriotas” Volkswagen y Mercedes Benz, radicada en el monumental Parque Industrial Pilar, realizaron una medida de fuerza que golpeó a toda la oligarquía financiera en nuestro país y representa un faro para la clase obrera argentina en esta nueva etapa que se abre.

La empresa, como otras especializadas en el rubro componentes eléctricos y cableados, emplea en su gran mayoría a mujeres, dadas las ventajas que muestran en todo lo que se trate de trabajos manuales, sin ningún tipo de representación gremial ni categorías salariales.

Luego de años de tolerar abusos y maltratos, un buen día como hoy se pusieron de pie. Realizando un trabajo autopartista, la empresa se encuentra enrolada en el convenio del plástico que representa a los trabajadores de K&S la mitad del salario que les correspondería por estar en SMATA. El sindicato del plástico y el SMATA fueron siempre cómplices de esta situación manteniendo a las compañeras en la indefensión total y haciendo la vista gorda a los despidos, ambos bajo las órdenes de VW y Mercedez que solo quieren mantener y achatar más aún los salarios en beneficio de sus ganancias. Pero el sábado pasado el vaso se colmó. Dos compañeros que, haciendo uso de su derecho legítimo, se desafiliaron del sindicato y se afiliaron a otro fueron echados a la calle.

Los trabajadores bloquearon el acceso a la planta durante horas y resistieron el ataque de una patota de matones del sindicato del plástico que vino a cumplir su papel de perro guardián de los intereses de la burguesía. Esto no amedrentó a los compañeros, quienes mantuvieron la medida de fuerza, designaron una representación provisoria y se aprestaron a elevar el nivel de enfrentamiento. El reclamo: reincorporación de los despedidos, efectivización de contratados y aumento salarial. Con el apoyo de trabajadores de otras empresas del Parque llegaron a la negociación con el Ministerio de Trabajo de Pilar donde el único arreglo fueron unas pocas migajas transadas entre el gobierno y el sindicato traidor.

Es entonces cuando los compañeros de Kromberg, hartos de tanto manoseo, deciden el corte de los tres accesos al Parque Industrial desde las 5 de la mañana y durante 12 horas. El impacto fue total: el Parque se encontraba desierto pues, si bien se permitía salir a los trabajadores del turno noche, no se dejaba entrar a ningún vehículo, de manera que la medida afectó al total de las más de 180 empresas radicadas ahí.

Más allá de la medida en sí, las consecuencias políticas del hecho son incalculables pues miles de trabajadores tomaron contacto con una experiencia, intentadas anteriormente, pero nunca logradas con tanta contundencia. Los que realizaron la medida, los que se vieron afectados, los que vivían cerca, los de paso, los que se enteraron por los medios y hasta los trabajadores lejanos del lugar de conflicto pero vinculados productivamente, en cada uno de los lugares y de diferentes formas se propagandizó el conflicto y se agudizó el nivel de discusión. La alta socialización de la producción permite vincular obreros de lugares alejados. En este caso, el paro de la autopartista Kromberg también sirvió de mensaje a los obreros automotrices de Volkswagen que debieron parar las operaciones a falta de los insumos provistos por aquella empresa y otras del mismo parque que no podían salir con sus camiones del parque.

Toda empresa del Parque Industrial Pilar se encuentra en mayor o menor medida en conflicto. Ahora la disputa se tensará aún más ante este nuevo escenario. Queda más que claro que la clase obrera se encuentra en condiciones de realizar acciones cada vez más ofensivas y con metodologías revolucionarias. Hoy más que nunca debemos plantear una alternativa política, haciendo eje en la unidad de los protagonistas de todo este tipo de luchas. Romper el aislamiento al que somos sometidos de norte a sur del país, haciendo eje en la movilización de las mayorías y confiando en la autoconvocatoria, la democracia directa y nuestras propias fuerzas.

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