La clase obrera se planta frente a la extorsión y los «cacareos» de la burguesía

La Ministra de Industria, Débora Giorgi, volvió hoy marcar su desacuerdo con la conciliación obligatoria dictada por el gobierno de la Provincia de Buenos Aires en el conflicto de Gestamp. Esta funcionaria, fiel representante de un sector de lo más concentrado de la burguesía monopolista (Secretaria de Industria, Comercio y Minería y luego Secretaria de Energía en el gobierno de la Alianza; directora del Centro de Estudios para las Negociaciones Internacionales (CENI) de la Unión Industrial Argentina (UIA) entre 2002 y 2005; Ministra de Asuntos Agrarios y Producción de la Provincia de Buenos Aires en los gobiernos de Solá y Scioli; Ministra de Industria desde 2008 en el gobierno de Cristina Kirchner), le reprocha al gobierno de Scioli de aplicar una «solución facilista u oportunista” al dictar la conciliación y que dicha medida no coincide con lo que «todo el ejecutivo de la provincia de Buenos Aires» había manifestado en reuniones previas «delante del gobierno nacional, delante de los empresarios, y delante del secretario general de Smata».

En otra parte agregó: «Hoy estamos en una situación desde mi punto de vista realmente inestable y no buena porque el dictado ayer de la conciliación obligatoria, que implica un período de diálogo por 15 días y la reincorporación de estos trabajadores, claramente pone en un estado de indefensión a los otros trabajadores que fueron violentados, amenazados… La conciliación obligatoria deja en esta situación de indefensión y de temor al grueso de los trabajadores, porque son 67 respecto a dos mil».

Miente al afirmar que los trabajadores incurrieron en hechos de violencia contra sus compañeros, ya que la planta de Gestamp fue desalojada inmediatamente por la empresa y el sindicato cuando los nueve trabajadores ingresaron y subieron al puente grúa. La afirmación de que la reincorporación deja en estado de indefensión al resto, intenta vanamente dividir y aislar a los suspendidos que mañana se reincorporan a la planta; muy por el contrario, no sólo los 67 reincorporados han ganado esta batalla sino el conjunto de los trabajadores de Gestamp que hoy, producto de la acción decidida de los nueve, están en mejores condiciones que antes de luchar por sus derechos y reclamos ante la política de las patronales de ajustar a los trabajadores. Diga las cosas como son, Giorgi: los que quedan en “estado de indefensión” son los monopolios que Ud. tan bien representa y de los que forma parte; ¿cómo harán ahora para suspender y despedir impunemente?

Las declaraciones de la ministra muestran la herida sangrante de una burguesía que se está viendo impotente de descargar su crisis sobre la clase obrera y expresa descarnadamente las pujas y desacuerdos en el seno del Estado, desnudando aun más la profunda crisis política de la clase dominante. La unidad y la decisión de presentar batalla de los trabajadores los divide a ellos y agrava sus pujas interburguesas, como lo deja ver la Sra. Giorgi. La mentira clásica de la burguesía para satanizar al proletariado que no se deja pisotear, la misma posición tomada por la directiva del SMATA, atrasa cuarenta años y subestima a la masa trabajadora, portadora de su propia experiencia de trabajo y sacrificio cotidiano que le permite discernir sus intereses, sin necesidad de “padres” como Pignanelli y compañía.

Giorgi acusó el golpe de la victoria política de los trabajadores de Gestamp, así como la Presidenta también lo expresó en su discurso de ayer en Santa Cruz. Deben saber que el proletariado argentino comienza a demostrar, además de su histórica combatividad y rebeldía, una madurez política que poco sabe de extorsiones ni cacareos. En la lucha se dirimirán estas cuestiones y sería bueno para los de arriba que se den por enterados.

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