Las multitudinarias y sangrientas revueltas de fines del pasado año en el Maidán (plaza en persa) en Kiev, la capital de Ucrania, producto de la miseria, corrupción y opresión a que condenaba a todo el pueblo el gobierno autoritario de Yanukovich, eran apenas “fumarolas” del volcán social contenido bajo los pies de la dictadura “democrática” de la “nueva” clase burguesa devenida de la rapiña realizada sobre todos los bienes de la sociedad, mediante crímenes, el robo y el fraude, apropiándose de fábricas, minas, granjas, tierras, luego del derrumbe de la URSS.
En pocos meses las “fumarolas” se convirtieron en llamaradas provenientes del estallido de todas las contradicciones clasistas en una de las geografías más ricas de la región, proveedora de gas, petróleo, carbón, acero y alimentos a Europa y la Rusia capitalista.
Las protestas, manifestaciones y paros por las más disímiles reivindicaciones, derechos políticos, sociales y culturales, se apoderaron de todo el país.
Bajo la anuencia de la Unión Europa y de EEUU se hace del poder una junta filo fascista que lanza la contrarrevolución e inventa una guerra “contra la ocupación rusa” para justificar la represión al movimiento popular que rechaza las políticas de privatizaciones y entrega a la oligarquía financiera de los recursos energéticos y mineros.
La junta de Kiev lanza el ejército y la guardia nacional, junto a las “Titushki”, -bandas neofascista, paramilitares, policías, mercenarios y criminales, mercenarios occidentales y nazis polacos y lituanos- a la caza de todo opositor a los mandatos de su poder.
Masacres de civiles armados sólo con palos y garrotes, bombardeos indiscriminados sobre las poblaciones, aceleran el proceso de las autodefensas de las más diversas corrientes políticas populares y del movimiento obrero que, nutridas por sectores del ejército que se oponen a reprimir al pueblo, se constituyen en la fuerza de oposición a la junta fascista de Kiev.
Los pueblos y la clase obrera de la gran cuenca minera del Donbáss han decidido tomar en sus manos su futuro y miles de obreros del acero y la minería toman el control de sus ciudades, desalojan a las milicias prorusas, hoy desapadrinada luego de que la oligarquía representada por Putin alejara las manos de la región al darse cuenta que todo el movimiento venía preñado de revolución dejando el trabajo sucio a los fascistas ucranianos.
En los últimos días, el Sindicato independiente de Mineros de Donetsk ha dado a conocer este llamamiento:
“Hermanos mineros de Europa y el mundo
Tenemos que explicaros el verdadero estado de cosas en el Donbass. La imagen real de lo que está sucediendo ha sido mal interpretada o silenciada por los medios de comunicación europeos. Entendemos que puede que no resulte fácil llegar a las conclusiones correctas, y por lo tanto, declaramos que nosotros —los mineros— nos vemos obligados a luchar con las armas en la mano por el bien de nuestras vidas, en nombre de la supervivencia de nuestra gente.
Nuestro interés en esta confrontación es uno: poner fin al derramamiento de sangre. El fin de la guerra será el juicio de los criminales de guerra que la comenzaron. ¡No podemos renunciar, porque significaría nuestra destrucción moral y física completa! Desde el principio, el “Euromaidan” ha estado bajo el control de la gran burguesía: oligarcas ucranianos y sus amos extranjeros. En febrero de este año hubo un golpe de Estado en Ucrania con la participación activa de las organizaciones neonazis. En respuesta a esto, se produjo un movimiento de protesta en el sur-este del país, que en un principio defendía consignas sencillas, como la federalización y el ruso como segunda lengua estatal. Pero esto fue contestado con el terror desde el poder.
En Donbas, hay una verdadera guerra en la que mueren civiles: incluidos los ancianos, las mujeres y los niños. Os mienten descaradamente; están mintiendo con una supuesta guerra entre Ucrania y Rusia. ¡Pero no es así ! La guerra es entre el pueblo y un puñado de oligarcas con el apoyo de las autoridades de la UE y de Estados Unidos. La tragedia en Ucrania es que, aquellos en el poder, han extendido ideas fascistas y envenenar a mucha gente. Nosotros, los residentes de la región del Donbass, luchamos contra todas las manifestaciones del nazismo y el fascismo. Luchamos con las armas en la mano, por nuestras vidas y las vidas de nuestros seres queridos. No tenemos a dónde retirarnos ¡ésta es nuestra tierra! Hacemos un llamamiento a ustedes, los trabajadores de los países europeos, pidiendo su ayuda y solidaridad: ayudadnos a romper la fortaleza del fascismo en Ucrania.
¡Ésta será nuestra victoria común!”