El paro de la CGT: una medida no querida ni por la burocracia ni por los monopolios

Este viernes, el Comité Central Confederal de la CGT, con la participación de 140 gremios, decidió un paro nacional y “facultó” al Consejo Directivo a que fije fecha para realizarlo aclarando que debe ser en octubre, y por supuesto, sin movilización.

Estos primeros párrafos de la nota pueden leerse en cualquier medio burgués, cargado de un formalismo y banalidad que en el fondo expresan que la burocracia sindical está como palo de gallinero, donde las intervenciones de tal plenario llegaron a manifestar “no dejemos a los trabajadores solos como hicimos en los ‘90”. A confesión de parte, relevo de pruebas. Mientras unos manifiestan estos dichos, la máxima dirigencia afirma: “De ninguna manera vamos a permitir que los trabajadores marchen con la cabeza de los dirigentes, como diría Perón”.

Tales afirmaciones no tienen desperdicio, y dejan traslucir la verdadera intencionalidad de porqué se sienten obligados a convocar a un paro nacional, donde no es precisamente la defensa de los intereses de los trabajadores lo que los empuja a esta decisión. Muy por el contrario. El país está encendido, el descontento, la bronca de los trabajadores, en general, crece y se traduce en innumerables conflictos y reclamos que surgen desde las masas en sus lugares de trabajo cuestionando a los gremios, barriendo con los delegados burócratas y buscando por todos los medios hacer parir un nuevo movimiento sindical que nada tiene que ver con las mafias éstas que solo están para frenar y tratar de aplacar la bronca de los trabajadores y romper la organización de éstos. El repudio hacia estas políticas sindicales es de millones de trabajadores, donde ya no engañan a nadie y son vistos como alcahuetes y buchones de los monopolios a cambio de unas cuantas monedas.

Por otro lado, los monopolios presionan a sus empleados en tal función (a los popes sindicales) que hagan algo para tratar de frenar y confundir a los trabajadores sin que la sangre llegue al río, es decir, el paro nacional. De ahí que la CGT haya venido expresando y amagando con vacilaciones que paro sí, que paro no; hasta que se sintieron acorralados encontrándose obligados a convocar a tal medida de fuerza (obviamente sin movilización), y encima, los muy cobardes, no definen la fecha con la clara intención de no darle tiempo a las organizaciones de masas a trabajar y preparar la huelga con iniciativas no queridas por el poder.

Hoy la burocracia sindical pasa a ser el jamón del sándwich de la lucha de clases: la aprietan sus patrones, los monopolios; y la clase obrera y sus trabajadores quieren su cabeza. Tal escenario que se expresa nacionalmente es lo que pasa en cada fábrica producto de la disposición a la lucha de los trabajadores.

Ante esta situación, y la convocatoria al paro nacional tan anunciada, la postura de nuestro partido es clara y sin medias tintas: la profundidad de acatar el paro nacional radica en que si se debate y decide en asamblea en cada lugar de trabajo, lo que le permite a la clase obrera y demás trabajadores jugar un rol que ayude a avanzar en tal ejercicio en unidad y organización, donde posibilite ejercer la movilización en unidad con otros lugares de trabajo y demás sectores del pueblo que expresen el rechazo a todas estas políticas anti populares.

De esta manera, a un paro nacional convocado por la nefasta burocracia se le dará contenido y políticamente será un golpe que la burguesía a toda costa pretende esquivar.

Este paro es producto de la agudización de la lucha de clases, que no cambiará en nada en lo puntual pero si se actúa en esta dirección que estamos planteando la clase obrera saldrá fortalecida para nuevas y superiores batallas.

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