La muerte de Brian encendió la bronca

La toma de la comisaría 38 por parte de los vecinos del barrio de Flores en Ciudad de Buenos Aires, es un hecho que será difícil de olvidar en la memoria de la sociedad.

No fue un hecho aislado por la reacción popular ante un tema tan sentido. Cada tanto una institución del Estado como la comisaría, un “símbolo” represivo de la clase dominante es vapuleado por la bronca e impotencia de las barriadas que sufren a diario la impunidad del sistema.

Lo de ayer tuvo resonancia por ciertos medios y a la vez, las redes sociales no dejaron de actuar, es que asaltar una comisaría en la ciudad capital y en la forma en que ello fue concretado, eleva un peldaño más el piso del enfrentamiento ya dado en otras ciudades de nuestro país. La movilización de setiembre en Rosario, provincia de Santa Fe, fue una muestra que en las masas hay una decisión popular de ir por lo suyo.

Un fin de año muy caliente.

La toma de ayer se decidió en asamblea de vecinos, metodología que se reiteró durante horas.

El vecino se autoconvocó porque se cansó de convivir a diario con “el lejano oeste”. El lugar es tierra del poder político y del poder policial y a eso se enfrentó la indignación popular. El vecino paga un “peaje” obligatorio que abona con su vida, el asesinato, el robo o la vejación.

Una institución del Estado en pleno centro del poder fue tomada durante 6 horas, éste será un hecho que dejará un precedente en la memoria de millones. Los petitorios ya no alcanzan, los pedidos son inútiles, los reclamos tienen un tiempo ridículo que va de “8hs a 8.30hs” y el barrio dijo basta.

Éste será el nuevo piso de la movilización, serán actos de doble poder, espontáneos, fugaces, amenazantes. A un lado irán quedando los papeleos burocráticos de una justicia a favor de las minorías  embretadas en todos los negocios sucios emprendidos desde el poder del actual Estado.

Desde el sistema impuesto el único idioma que entienden es el enfrentamiento, a tal punto que ayer no hubo quien pusiera la cara. La Institución a la que el poder tiene que institucionalizar cada vez más la abandonaron a su suerte, es que no se podía intervenir ante la masividad de la protesta y la organización alcanzada.

El gobierno necesita gobernabilidad, la «oposición» burguesa necesita gobernabilidad, pero se chocan frontalmente con el pueblo en todos los terrenos. Lo de ayer es un nuevo hecho político de protagonismo masivo del vecino. Hoy a las 19hs la movilización está autoconvocada y promete darle continuidad en la calle a un sentir que ya escapa a cuestiones puntuales y que penetra en las propias bases de la sociedad.

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