Escribamos nuestra historia en el presente

Es claro que la burguesía lleva adelante un plan de ajuste infernal. Lo vemos, lo vivimos y lo padecemos a diario y en cada momento, con cada iniciativa política. En el trabajo, en las compras, en los convenios colectivos de trabajo, en los servicios, en las ART o las Obras Sociales… TODO ES AJUSTE!

No por ello -como se dice habitualmente- “se la llevan de arriba”. Es bien sabido que estas decisiones que toman tienen un alto costo, principalmente político y que no tienen vuelta atrás. Empezando desde el rechazo generalizado por parte de los trabajadores y sectores populares en los conflictos que se desatan día a día. La burguesía no hace más que abrir frentes de lucha y unir al pueblo, frentes que son cada vez mas políticos y masivos, como así también más autoconvocados y solidarios.

Dichos conflictos que se desatan son palos en la rueda que no les permiten avanzar como quisieran, los debilita, aunque siempre se quieran mostrar fuertes. Todo esto hace que en la mayoría de los casos tengan que retroceder, aunque sea momentáneamente. Ya sabemos que en el capitalismo ellos volverán todo el tiempo a intentar meter el ajuste, porque otra cosa no pueden hacer como clase.

Como vemos, el manual de la burguesía para hacer pasar el ajuste con mentiras no tiene más hojas, y por lo tanto, como ha sucedido en distintas épocas en nuestro país, cuando la situación se les torna “ingobernable”, recurren a la represión. Hoy, esta modalidad, se da constantemente, porque de nuestro lado, el no dejarse engañar, la conflictividad -como a ellos les gusta decir- el no querer seguir viviendo o sobreviviendo como hasta ahora, el rechazo a las políticas de explotación, son el común de respuestas que encuentran.

Esta es la situación que se vive actualmente:  por un lado la burguesía, a la que le urge hacer sus negocios a cualquier costo, y por el otro, un pueblo, que no se deja avasallar y no para de dar batalla.

Ellos, clase dominante, en lo político están cuestionados por todos los wines, pero aún con una gran ventaja en el terreno ideológico y su gran maquinaria de propaganda.

A nosotros, pueblo trabajador y generador verdadero de toda riqueza apropiada por otros, nos urge dar los pasos de gigantes en la organización de los destacamentos de lucha estables, desde una visión amplia, participativa y asamblearia, en todos los ámbitos de la vida cotidiana.

Dando dichos pasos, fusionados a un proyecto revolucionario que albergue en sí mismo cada aspiración y anhelo de nuestro pueblo, estaremos escribiendo la historia con el protagonismo que se merece.

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