Sobre la unidad política y las tareas inmediatas

La unidad política del proletariado y todo el pueblo se va tejiendo como pequeños cursos de agua tejen un gran río.

En el actual proceso de la lucha de clases al que asistimos, el aspecto fundamental de la unidad tiene infinitas variables de concreción, porque infinita son las experiencias que se están realizando. Sin embargo, todas ellas tienen un hilo conductor que se lleva de punta con la concepción de unidad a la que nos tiene acostumbrado la burguesía.

Mientras la clase dominante ve la unidad por arriba, porque por arriba defienden los intereses de su clase y llenan los titulares de los diarios con remanidos partidos y políticos que hoy dicen una cosa y mañana otra, la clase obrera, por el contrario, necesita desplegar su poderío por abajo para ir confluyendo simultáneamente en el plano nacional.

La unidad por abajo está adquiriendo solidez, y la burguesía siente el golpe, alertan en sus filas que es un fenómeno que se viene desarrollando y es peligroso para el sistema.

Cada vez más, la clase obrera va generando sus propias fuerzas independientes en los centros de producción, y en ese mismo camino, diversidad de sectores de la población que están luchando por sus reivindicaciones eligen el camino independiente.

Comienza a tomar cuerpo una idea unitaria con interés de clase, aún en un período de gestación, que no alcanza a posicionarse como alternativa a la clase dominante en el plano nacional, pero que sí corroe y golpea el andar de la burguesía.

Hay que seguir caminando este proceso unitario, levantar la mirada aunque el lugar o el sector de la unidad alcanzada sea pequeño, pero unidad al fin, que puede y debe contagiar vecindades, ya sea de secciones en una fábrica de barrios linderos, de un aula, de una escuela, etc.

La unidad política que se va consolidando por abajo es la que nada tiene que ver con la metodología burguesa, es la que prioriza el nuevo carácter democrático de la asamblea que se distancia de la propuesta de la clase dominante, porque la asamblea que está emergiendo es de democracia directa. Es decir y a modo de ejemplo: en una sección de fábrica todos los obreros del sector debaten y resuelven inmiscuyéndose en las decisiones tomadas.

Hoy por hoy, la burocracia “empresarial” no tolera ésta práctica que afecta ya a sus asambleas maniatadas, debilitando su poder “mediador” ante el poder burgués.

La unidad política en el plano sindical -a diferencia de cualquier otra propuesta oportunista- radica en el interés de clase de la unidad que trasciende el plano electoral, terreno propicio de la clase dominante para dividir a la clase obrera y el pueblo.

Cuando planteamos que trasciende es porque desde las experiencias independientes  de la clase, con las metodologías propias de la clase y desde abajo hacia arriba, el hilo conductor debe estar teñido por la independencia política y de clase, en cada embestida, empujando al torrente nacional de unidad.

No son pocas las experiencias de nuestro pueblo que están marchando por este camino, pero aún están aisladas. La clase dominante puso infinitas trabas y de distinto orden para dividirnos, cuando en lo esencial existe diversidad de denominadores comunes y en diferentes estamentos de puntos de encuentro unitario que hoy por hoy se los ve lejanos.

La clase obrera necesita de la unidad política de todo el pueblo, es un interés que necesariamente hay que llevarlo adelante para la lucha por el poder y llevar a buen puerto el proceso revolucionario.

En este sentido, la unidad que nuestro Partido impulsa está sujeta a la lucha por el poder. Por ello es amplia, no se ensucia de divisiones que introduce el poder burgués, no se deja arrastrar por el electoralismo de ninguna especie, de intereses que afirman el poder burgués.

La unidad política que impulsamos en la etapa actual es la de materializar a cada paso lo que la propia experiencia de unidad que ejerce nuestro pueblo en sus vivencias cotidianas, para que alcance la robustez de fuerzas para dirimir con el poder burgués.

La plena movilización actual y los enfrentamientos que van elevando la lucha de clases son los motores fundamentales para ir fortaleciendo los lazos de unidad y organización que se están tejiendo por abajo.

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