Enfrentemos la explotación, el ajuste y el despojo en todos los terrenos

Hoy se estarán realizando las elecciones primarias en todo el país. Nuestro Partido fijó su posición en un volante nacional, pero consideramos necesario profundizar el análisis, ya que el mismo excede las PASO y es un punto de vista de clase que encierra un proyecto político hacia adelante. En el marco de la lucha de clases que transitamos, NO ir a votar es una forma de darle la espalda a todas las políticas anti populares de la burguesía monopolista, y confrontar con toda esta institucionalidad totalmente ajena a los verdaderos problemas que estamos padeciendo los trabajadores y el pueblo.

¿Por qué llamamos a NO votar? No hace falta mucho más que leer los diarios, mirar la televisión o prender la radio como para darse cuenta rápidamente que ni los propios partidos del sistema creen en este circo electoral. Teóricamente las PASO surgen de una ley para «promover la participación» ciudadana en las internas de los partidos, pero resulta que los mismos terminan especulando y llevando candidatos únicos, o sea, que no sirven ni para eso. Ni los propios partidos del sistema -que promovieron estas leyes- respetan su legalidad.

Pero nuestra posición va mucho más allá de esto. El llamado a NO votar (que es tanto para las PASO como para las elecciones de Octubre) está fundado en una posición política que nuestro Partido viene manifestando y llevando adelante en todo el país. Nosotros lo sintetizamos en la idea de no dejarlos gobernar como ellos quieren gobernarnos, y nos referimos a cualquiera de las expresiones de la burguesía.

La clase trabajadora y el pueblo en general ve cómo el gobierno nacional -que llegó con muchas promesas de «cambio» que en teoría eran en favor de las necesidades populares- al que mucha gente votó (si se quiere) con esa expectativa o esperanza, termina llevando adelante políticas -luego de aquella elección- que lo único que hacen es descargar la crisis de la propia burguesía monopolista (en el marco de la crisis del capitalismo a nivel mundial) sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo.

Han cerrado filas atacando las condiciones de vida, que se da en los aumentos de la canasta básica, en suspensiones, despidos, cierres de fábricas de algunas ramas, pero también se da en que vienen (y lo dicen sin ningún empacho) por los derechos y las conquistas laborales de todos los trabajadores, en otra vuelta de tuerca para imponer una nueva flexibilización laboral. La promesa (como siempre lo hacen y no cumplen) es que así «van a venir nuevas inversiones y que va a haber más trabajo»… Lo que nos están diciendo es: agachen la cabeza así los dueños de los capitales pueden ganar más plata.

Con esta caracterización de la situación, nuestro Partido plantea que con las políticas que ellos quieren aplicar desde sus gobiernos, cuanto mejor  les vaya, peor nos va a ir a la clase obrera y al pueblo. Por eso, al no dejarlos gobernar, nos plantamos en todo momento en la defensa de nuestros intereses como clase, de nuestras conquistas y reivindicaciones, de nuestros reclamos.

Y en este marco es que planteamos que NO ir a votar es parte de darle la espalda a todas esas políticas, y a una institucionalidad totalmente ajena a los verdaderos problemas del pueblo. Esas políticas son tanto del gobierno nacional como también de los gobiernos provinciales, municipales, sean del «color» que sean. Es el plan de una clase en el poder, de la burguesía en su conjunto. Ellos tienen una crisis mundial estructural muy grande, que es parte de lo que refleja el mundo en todos lados, y lo que buscan desesperadamente es sostener sus ganancias.

Por eso, lo único que proponen es que el pueblo agache el lomo, argumentando las mismas promesas que ya han hecho en otras etapas de nuestra historia. Pero ya sabemos cuáles son los resultados. El famoso «derrame» nunca llegará a los que trabajamos todos los días y ponemos en marcha el país.

Respecto a esto son aleccionadoras las declaraciones que hicieron sobre la reciente visita del Ministro de Economía británico, en donde nos dicen (hasta orgullosos) que se fue «muy conforme» por las medidas económicas de este gobierno… como si eso resolviera algo para el pueblo. Sabemos perfectamente que cuando los de arriba están conformes los de abajo vamos a estar mal. Esa es la realidad objetiva y no hay vueltas.

Las políticas que ellos proponen son esas y no otras. Es más, en medio de la campaña electoral hasta plantearon -por ejemplo- subir la edad jubilatoria, una verdadera afrenta a los pesares que ya vivimos.

Votar es legitimar que sus políticas se dirijan siempre en contra del pueblo, más allá de todas sus excusas. Darle la espalda a toda esta podredumbre, lo que señala es que el pueblo está en la búsqueda de otra cosa, de un proyecto que le pertenezca y represente los intereses de los trabajadores.

Y eso lo debemos construir desde la unidad. La idea que tenemos para lograr esa unidad del pueblo, se tiene que dar desde la lucha y la movilización desde abajo; no nos divide si un trabajador vote a uno u otro candidato, eso no nos puede dividir. Por el contrario, lo que nos une es la lucha contra todas sus políticas, independientemente del origen o la pertenencia político partidaria que tengan, porque en el fondo provienen de la clase en el poder.

UN PROYECTO POLÍTICO DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO

Nuestro Partido viene impulsando a nivel nacional una corriente político sindical revolucionaria, de los trabajadores, que justamente exprese esa unión que se da desde las bases, en lo cotidiano, y que justamente el reciente proceso electoral viene a querer separar.

Nuestra propuesta persigue que los trabajadores, como clase productora (somos los que ponemos en marcha el país todos los días), definitivamente tengamos una propuesta política propia, que dispute palmo a palmo el proyecto de país que propone la burguesía; y que le podamos proponer al conjunto del pueblo argentino un proyecto de país verdaderamente liberador, emancipador, revolucionario, que termine de una vez por todas con estas políticas y estos gobiernos.

Esa unidad es de abajo hacia arriba, no puede ser de otra manera, y tiene que expresarse a través de los mecanismos que el propio movimiento de masas viene generando a diario: la lucha y la movilización con metodologías asamblearias, donde el conjunto de los trabajadores deciden con el ejercicio de la democracia directa, definiendo qué hacer y cómo hacerlo, rompiendo de una vez por todas con el concepto burgués de representatividad que nos dice «vótennos, que nosotros vamos a decidir por ustedes cómo resolver los problemas«. Y esto ocurre tanto en el plano político como sindical.

El nuevo encuentro nacional hacia el que marchamos, el día 9 de septiembre, con los encuentros regionales y zonales que se vienen haciendo en diferentes lugares del país, forman parte de seguir impulsando esta herramienta que consideramos de importancia vital en esta etapa de la lucha de clases en nuestro país.

No hay luchas chicas ni grandes, todas aportan en este momento a esta concepción de hacer lo que tenemos que hacer. Pero debemos tener claro hacia dónde debemos ir. No tenemos que esperar nada, ni jugar el juego que nuestro enemigo de clase nos «oferta».

Basta de que nos utilicen como parte de una comparsa, que inevitablemente terminará en nuevas frustraciones, llevando agua para el molino de las políticas en contra de los trabajadores y el pueblo en general.

Esta propuesta -obviamente- no tiene «gran difusión», no hay «grandes luces» que la iluminen, los medios masivos la ignoran, pero estamos convencidos que es la única propuesta viable para un cambio real en nuestro país, que venga de abajo hacia arriba.

Muchos somos los hombres y mujeres que hoy estamos luchando. No debe desesperarnos que los resultados no se vean de forma inmediata. De lo que se trata es de mantenernos en esta conducta, seguir en esta huella, profundizarla, y aunque parezca que no «hace ruido», es lo que viene creciendo hacia un horizonte de cambio revolucionario.

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