Pequeña escena entre el “súbdito” Macrí y el “emperador” Laurence Link

Con los intereses de las LEBAC por la nubes, con la pésima noticia recibida por el gobierno, cuando la agencia de calificación S&P Global ubicó a la Argentina segunda, detrás de Turquía, como un “país frágil” muy permisible a los vendavales económicos que se desatan en las grandes potencias del mundo, y  aclara que esto sucederá “más temprano que tarde”… Con éste marco nada alentador, nuestro presidente se sentó con Laurence Fink un “señor” que preside el fondo de inversión más grande del mundo, administra fondos por un valor de 5 billones de dólares, equivalentes al PBI de Japón y al 25 % del PBI de EEUU.

1.000 empresas tienen acciones en “BlackRock”, entre otras: PNC Financial Services, una entidad financiera que posee el 21,2% del paquete accionario. Pero también figura el Norges Bank Investment Management del Banco Central de Noruega (5,7%), la firma Wellington Management Company (5,47%); Vanguard Group (4,48%); State Street Corporation (3%); Bank of America (2,76%), FMR (2,53%) y JP Morgan Chase & Company (2,06%)

Además, invierte en éstas empresas: es el tercer mayor accionista corporativo de Apple, con un 2,63% de sus acciones, pero también posee el 2,26% de Alphabet (la compañía titular de Google), el 2,60% de Microsoft y el 2,57% de Facebook. También tiene presencia en el sector financiero. Es titular de parte del Citigroup, Bank of America, Visa, JP Morgan Chase, Wells Fargo, Paypal y American Express. IBM, Intel, Amazon, Qualcomm, Disney, Chevron, ExxonMobil, Ford, General Motors, Coca Cola, PepsiCo, Kimberly Clark, Starbucks, Procter & Gamble, McDonald’s y Johnson & Johnson, entre otras.

Y aquí la escena: este “Señorito” de buenos modales, reunido con Macri, demostrando su desmesurado poder político y económico, es quien le susurró a los oídos del presidente las tareas por resolver, le dijo: “las mal llamadas reformas laborales y de todo tipo hay que ejecutarlas”… “los tiempos de crisis políticas  universales son rápidos y con economías “frágiles” los negocios deben acelerar sus pasos”.

Cuando el presidente Macri atinó a explicar las dificultades que se pueden presentar a la hora de  llevar a cabo éstas medidas en los tiempos requeridos, al “señorito” Laurence se le dibujó una vena en la frente, muy notable, casi pierde su postura, pero finalmente sonrió, se levantó del sillón y acercándose a la puerta de salida lo increpó con un ¡Hágalo!…

A horas de este encuentro, el FMI apretó las clavijas para que el gobierno lleve adelante rápidamente la reforma laboral: ni lerdo ni perezoso sostuvo: “Argentina está volcada a una transformación sistémica de la economía»….  Las medidas traerán “igualdad de género”, flexibilización en los puestos de trabajo, blanqueo y “sustentabilidad” (¿?). Los tiempos políticos se acortan “señor” presidente, la lucha de clases es letal.

En las últimas horas, arrecian las iniciativas que expresan por abajo la confrontación a estas políticas. Cada vez más a ese dolor que causa las medidas de gobierno se le responde con bronca.  Los fondos de inversión son verdaderos centros de decisión política y este Black Rock, un Estado dentro de todos los Estados, percibe las dificultades políticas en nuestro país y actúa en consecuencia.

Mientras tanto, la lucha de clases va mostrando su verdadero poder. Del impacto que producen las medidas se ha pasado en poco tiempo a la bronca y es en esa bronca que transitan expresiones que enarbolan la lucha como herramienta decisiva para ejercer toda la fuerza para enfrentarlos.

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