Reflexiones sobre el futuro inmediato

El gobierno ha desatado todo su odio de clase. Enceguecido en su ofensiva, no mide el golpe.

Pega muy fuerte pero no advierte que su punto de apoyo es frágil.

Ninguna furia dura “cien años” y mucho menos cuando se subestima el “abajo”.

Hay que asimilar el momento, pero como dice un viejo poeta… “hay que saber cómo hacerlo” y en eso está la sabiduría.

Pero es difícil aplicar frases o palabras que lo definan todo. Este momento político se presenta de tal manera que nos permite tener mucha amplitud de criterio para no errar en lo trazos más generales del proceso revolucionario.

En nuestro pueblo hay un profundo desagrado por el gobierno y ello se presenta de infinitas formas.  Ese es el hilo conductor, las condiciones de vida empeoran día a día y los anuncios que se hacen realidad agudizan esa situación. Pero lo central es que una buena parte de la población le bajó el pulgar.

Cuando esto sucede no es que inmediatamente  se generaliza la movilización y la lucha, a pesar de que ella existe aunque se la tape por los medios del sistema. Aparece algo incontenible que no alcanza aún a expresarse pero lastima y corroe todas las decisiones tomadas por arriba. No es tangible, pero el creciente rechazo político mueve aguas subterráneas que buscan causes salientes. Cuando la plata no alcanza y el trabajo se hace cada vez más pesado por las condiciones de cómo se lo hace, la resultante en nuestra historia manifiesta siempre un ir para adelante. La burguesía monopolista no logra “parar la historia”, la entorpece, la abruma, le pone zancadillas, su sueño “emperador” trastabilla.

El “señorito” presidente ha perdido la paciencia porque crece la impaciencia de los mandamás, su cara de póker se hizo trizas y sí o sí tiene que ir para adelante; “sus historias” no pueden detenerse, en ellos les va la vida de las ganancias.

El abajo obligó a apresurar los tiempos políticos. Esas infinitas formas de descontento cotidiano, saben, se incrementará y salieron al ruedo en el momento político inapropiado. Su “pie de apoyo” como dijimos, los encuentra frágiles. Por arriba golpean, por abajo se preparan condiciones objetivas y subjetivas para repetir una historia ascendente de nuestra lucha de clases.

Cuando estos fenómenos suceden muchas veces la historia nos sorprende, no alcanzamos a ver que el comportamiento de las clases enfrentadas depara necesariamente nuevas situaciones, cuestiones aún no vividas, y en ello va el comportamiento de las superestructuras políticas. La presión de las clases explotadas y oprimidas están mucho más allá de las formas en que se las quiere encorsetar, y en el proceso revolucionario que estamos viviendo aparecen esbozos del futuro inmediato, de lo que está luchando por nacer.

Es por ello que este momento es complejo, hay idas y vueltas… pero a la vez, se van fortaleciendo las convicciones políticas e ideológicas que van ganando terreno y batallan como una gota de agua en la búsqueda de ese cause.

Los actores por arriba ya no son los mismos aunque sus rostros asqueen; nada debe sorprender a la revolución, las estructuras se están moviendo rápidamente y por abajo, en miles de batallas cotidianas, el “pie de apoyo” debe necesariamente robustecerse.

Hay resistencia, se gana y se pierde, el rumbo aparece a los ojos superficiales como confuso, pero hay que leer entre líneas en cómo está parada ésta administración y persistir una y mil veces en elevar la organización, las metodologías y la conciencia revolucionarias de las masas para enfrentar las políticas del gobierno con el fin inmediato de no dejarlos gobernar.

Los actores del abajo tampoco ya son los mismos. La historia no se repite, hay enfrentamientos que están trazando el devenir y que son la extensión de las grandes jornadas de diciembre último.

Que nada nos prive en unificar el golpe si en ello llevamos presente que el oportunismo es un freno al torrente de la lucha. A la par que la unidad política por abajo refuerza nuestro “pie de apoyo” y decide y decidirá las próximas batallas, en los más variados y amplios enfrentamientos.

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