Dentro del gobierno, contradicciones al rojo vivo

Algunas noticias conocidas en el día de ayer vienen a confirmar que en la orientación económica del gobierno se perpetúan las diferencias y luchas entre distintas facciones de la burguesía monopolista.

El recientemente nombrado ministro de la Producción, Dante Sica, anunció que su ministerio subsidiará a las Pymes para el descuento de cheques a 90 días, a una atasa del 29% dado que las mismas se encuentran hoy en un 80/100% para ese tipo de financiamiento de las empresas. El ministro Sica, hombre ligado directamente a la industria automotriz en Argentina y en Brasil, intenta de este modo dar respuesta a demandas de esa industria; las Pymes ligadas al sector tienen directa y amplia participación en la cadena productiva automotriz. El detalle es que de la medida anunciada sólo participan 11 bancos públicos y el Banco Crediccop. El resto de la banca privada no aceptó el convite.

No podía ser de otra manera dado que los grandes bancos están más interesados en la timba de las Lebacs, que ayer llegaron a pagar tasas del 65% en el mercado secundario. Esto quiere decir que los tenedores de esas letras, entre los que figuran los principales bancos privados, están comprando y vendiendo en ese mercado Lebacs que, cuando deban ser rescatadas, pagarán el 40%, por lo que aumentan la ganancias de las mismas en más de 20 puntos.

La otra noticia es que Macri se reunió con la dirigencia del campo y les garantizó que las bajas de las retenciones no se modificarán. Aquí también están en juego distintas posiciones el la burguesía monopolista que se reflejan dentro del gobierno; los medios burgueses ya no esconden que sectores del mismo pregonan que se reimplanten las retenciones para sacar de allí también los recursos que ayuden a bajar el déficit fiscal y así cumplir con las metas comprometidas con el FMI.

Por último, ayer se conoció que el canje de Lebacs (en pesos) por Letes (en dólares) se extendió hasta el jueves. La maniobra tiende a beneficiar a los que canjeen las letras en pesos por las letras en dólares; se les garantiza que el día jueves el precio del dólar mayorista estará más barato que el del día martes, y por lo tanto los que vendan Lebacs podrán así comprar Letes a un precio menor.

Lo que está claro es que dentro del gobierno las contradicciones están al rojo vivo. Un día dicen una cosa, al otro día otra; y, como decíamos en la nota de ayer, cada sector del capital pega el manotazo sin importar pelo ni seña en una puja por mantener y sostener su tasa de ganancia. Y en esa carrera sin regla alguna, por momentos se impone un sector y por momentos otro sector y más tarde un tercero.

No hay plan de ningún tipo. El único plan es garantizar los negocios de la burguesía monopolista a costa de que el esfuerzo y sacrificio lo hagan los trabajadores y el pueblo. En eso es en lo único que coinciden.

Sin embargo, allí mismo está su Talón de Aquiles. Siempre la clase dominante apunta a que caiga sobre el conjunto del pueblo laborioso el peso de su crisis. Y ahí es cuando la política mete la cola y preanuncia que lo que ellos puedan proponer está limitado a lo que el pueblo acepte o no de esas propuestas y políticas. Lo que se está confirmando es que la paciencia popular ya se ha desbordado y la sostenibilidad de sus políticas penden de un hilo.

Este escenario de agudización de la lucha de clases encuentra al proyecto revolucionario objetivamente sin el desarrollo que la situación requeriría. Sin embargo, la situación de la lucha encuentra inmejorables condiciones para que ese desarrollo se produzca, en la medida que las políticas revolucionarias se lleven al seno del movimiento de masas y aporten al proceso abierto con las metodologías y las líneas de acción que privilegien la unidad desde abajo, la masividad y la más amplia participación de los hombres y mujeres de nuestro pueblo que están dispuestos a construir las herramientas para la revolución.

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