Córdoba: dos bandos… los mismos crápulas

En estos últimos días, algunos de los funcionarios y legisladores que integran tanto al oficialismo como la oposición cordobesa, descarada y desvergonzadamente, vienen protagonizando  una guerra a través de las redes sociales por los futuros puestos que dejarán las elecciones del próximo año.

La paupérrima actitud de estos señores ha golpeado como nunca en el ánimo de los vecinos cordobeses, que en este último mes vienen sufriendo un agudo deterioro en los servicios de electricidad, gas, agua, recolección de basura (con un marcado aumento de los basurales a cielo abierto, en los cuales el Estado  municipal -lejos de solucionar- ordena a las personas que están dentro del plan social “Servidores Urbanos” a quemar la basura  diariamente). Vale agregar que estos son los tan mentados puestos de trabajo de calidad por los que el intendente Mestre se vanagloria… Todo esto sumado a la lapidaria inflación que corroe los bolsillos de los trabajadores.

Lo concreto es que estos sinvergüenzas -por más disputas que aparenten tener- se confabulan para profundizar aún más al saqueo.

El pasado 20 de este mes, el ministro de obras públicas y financiamiento de la provincia, dijo en su declaraciones a la Voz del Interior, que el gobierno se dispone a tomar un nuevo crédito de 150 millones de euros, al tiempo que prepara un nuevo acuerdo fiscal con los intendentes, lo que aumentará la presión sobre las espaldas de los cordobeses. También dijo (cuándo se refirió al aumento de la deuda provincial  por la suba del dólar), que mientras los precios acompañen esa suba no habrá problemas, porque con ello crece la recaudación del IVA que es coparticipable a las provincias; y que en lo que va del año la recaudación a través del IVA creció un 58%… Más claro échale agua: tanto la inflación como la toma injustificada de deuda son mecanismos  con el cual la burguesía se hace de grandes masas de plusvalía.

En esta maniobra de instalarnos la guerra electora –que ya han emprendido tanto los oficialistas como opositores- caen irremediablemente en la mediocridad.  Porque al deterioro que tiene la democracia representativa se le suma que cada uno de estos impresentables tratan de distinguirse con total impunidad unos de otros, pretendiendo ocultar todas las medidas que ya han tomado en contra de la población, tales como impuestazos, privatizaciones de empresas públicas, flexibilizaciones laborales, saqueos de las cajas jubilatorias y el altísimo endeudamiento que ya supera los 100 mil millones de pesos que vencen el próximo año.

Así es que el ánimo del movimiento de masas se caldea más y más, y la consigna que ya se ha nacionalizado de salir a ganar la calle es tomada por cada vez más sectores, que se disponen a imprimir un mayor protagonismo en el devenir de la lucha de clases.

La necesidad de avanzar en la unidad en la acción  política y organizativa, se presenta hoy con mayor claridad, al igual que los puntos en común que se imponen con más fuerza.

Porque por arriba –todos, sin distinciones- se disputan los jugosos beneficios que obtendrán de un mayor ajuste a los trabajadores y demás sectores populares; y por abajo, nos empezamos a unificar  bajo claras y sentidas consignas populares.

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