La estrategia de desarrollo de la burguesia para el Siglo XXI

El pasado domingo 26 de agosto, el diario Clarín publica un artículo firmado por el analista Jorge Castro. La nota, pomposamente titulada “La estrategia argentina de desarrollo para el siglo XXI”, comienza con una afirmación a todas luces errónea, para no decir que el Sr. Castro miente descaradamente. Allí afirma que se registra un boom de inversiones de “magnitud global” que asciende a 7 billones de dólares entre 2017/2018. “que arrastra a los capitales del mundo entero”. Sin embargo, en junio de 2018 la UNCTAD (Conferencia de la Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) indicó que en 2017 los flujos globales de inversión cayeron 23%, retrocediendo aun más de lo que lo habían hecho en 2016; para 2018, el mismo organismo prevé que si aumentan los flujos de inversión será de forma marginal y que seguirán debajo del promedio de los últimos diez años. Asimismo, el informe afirma que las tasas de rendimiento promedio de las inversiones pasaron del 8,1% en2012 a6,7% en 2017, ratificando que la tendencia decreciente de la tasa de ganancia es un proceso que, más allá de los apologistas del sistema, es inevitable del modo de producción capitalista.

Más allá de este detalle que nos indica que la desinformación y/o tergiversación sobre la realidad es moneda corriente en el sistema y en sus voceros, lo que el Sr. Castro desarrolla en el artículo son las conclusiones de la reunión de AEA (Asociación Empresaria Argentina) donde se juntó lo más granado de la burguesía monopolista de la Argentina; nuestro analista transcribe algunas declaraciones que son las que lo llevarían a la temeraria afirmación del titular del artículo: que la burguesía tiene una estrategia de desarrollo para el siglo XXI.

Por ejemplo, transcribe lo que dijo Enrique Cristofani, titular del Banco Santander: “Hay un 25% del PBI en ahorro no invertido para financiar la economía nacional”. No dice Cristofani (ni tampoco Castro) que en el primer semestre de 2018 se fugaron de la Argentina capitales por casi 17.000 millones de dólares; y en lo que va de la gestión de Macri se fugaron casi 51.000 millones de dólares, es decir un poco menos del 10% del PBI argentino. Que se apure Cristofani (artífice de la fuga descripta) para que no se vaya el 15% restante que, según él, financiaría a la economía nacional. Otro “error de apreciación de la realidad” que el Sr. Castro omite en su nota.

El otro argumento que el analista expone para justificar su planteo de mirada estratégica, se refiere a la explotación de shale oil y shale gas de la cuenca neuquina, haciendo foco en particular en el yacimiento Vaca Muerta y la explotación que lleva adelante en ese lugar el grupo Techint. La nota transcribe declaraciones de Paolo Rocca: “Techint deja de ser un grupo siderúrgico y se transforma en un grupo energético… Vaca Muerta puede alcanzar en 5 años una producción semejante a la del sector agroalimentario argentino”. Estas declaraciones bien pueden ser vistas como la letra que le escribieron al presidente Macri, que en una recorrida por la zona junto a Rocca en el día de ayer afirmó: “No vamos a parar hasta que exportemos 30.000 millones de dólares en gas y petróleo… Aspiramos a abastecer a Chile y al mundo”. El asunto no es que esto pueda llegar a ser posible; el asunto es si esto por sí mismo significa que el conjunto de la población del país vaya a ver los beneficios o si los mismos sólo serán aprovechados para que los monopolios (en este caso Techint) sigan adelante con el proceso de concentración de capitales. Esta segunda opción significará que la producción de gas será para exportar en su gran mayoría, y lo que quede será cobrada a precios internacionales a los consumidores argentinos; como en el caso de los alimentos, Argentina proveerá energía al mundo mientras que su población no podrá consumir lo que sus propios trabajadores producen.

A renglón seguido, Castro sentencia: “Todo esto requiere una estrategia deliberada de desarrollo nacional con un papel de conducción decisivo del Estado. Todo depende de la política y del vigor y solidez del sistema institucional. Pero la principal institución es el gobierno nacional, la conducción política”. Bien entendida, esta frase reafirma que el Estado y sus instituciones deben seguir al servicio de los monopolios y sus intereses. Tanto es así que la puesta en escena de ayer en Vaca Muerta, con Macri y Rocca del brazo, significa una clara señal de que la “investigación” sobre la corrupción debe frenarse allí donde los monopolios y su gobierno marcan el límite. De esa solidez institucional es de la que se habla: que las instituciones sirvan para garantizar los negocios y las ganancias de los grupos monopolistas, aun cuando en el camino deban quedar otros grupos fuera de juego.

Esa, y no otra, es la “estrategia de desarrollo” que la burguesía monopolista puede exponer. Una política de rapiña y superexplotación de nuestros recursos naturales y humanos en su propio y exclusivo beneficio. No hay un mínimo de visión de desarrollo para el conjunto de la sociedad; muy por el contrario, el tema es hacer que toda la sociedad produzca lo que los monopolios determinen para que los mismos se apropien de los beneficios de esa producción.

La burguesía monopolista en la Argentina no tiene, ni puede tener, visión estratégica ninguna. Es una clase en total descomposición que no está, ni lo pretende estar, en condiciones de erigir un proyecto de país que incluya a las mayorías laboriosas. Todo lo contrario, persigue que esas mayorías sigamos sosteniendo sus millonarias ganancias a costa de mayor explotación, opresión y marginación.

Una vez más afirmamos que la única clase en condiciones de levantar un proyecto de salida real para nuestro país y sus habitantes es la clase obrera junto al concurso de las demás capas populares. Esta es la principal lucha que tiene por delante el proletariado argentino y en esa lucha los revolucionarios debemos poner todos nuestros esfuerzos e inteligencia para aportar a hacerlo posible, porque en ello se juega el presente y el futuro de nuestra revolución y de la vida de nuestro pueblo.

 

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