Sobre el cierre de las escuelas nocturnas en CABA

Ya llegando fin de año, con los exámenes de diciembre encima, cosa que llena de trabajo y cansancio a docentes, alumnos y no docentes, el gobierno de Larreta en CABA decide cerrar 23 escuelas secundarias nocturnas a través de la resolución 4055. Estos genios de la numerología previeron que, llegando fin de año, con las vacaciones encima, y en una fecha sensible para tomar cualquier medida de fuerza (puesto que se ven afectadas las mesas de examen) el cierre de las escuelas nocturnas y el achique de cursos resultaría un paseo de niños. Pero no “solo” le tocan el puesto de trabajo a unos 1000 trabajadores entre docentes y no docentes, ni tampoco “solamente” dejan sin la posibilidad de terminar la secundaria a miles de pibes que no pueden asistir en otro horario al colegio y dejando directamente sin posibilidad de estudio a aquellos jóvenes de entre 16 y 18 años; para ellos sencillamente se trata de más y más negocios (ver nota para-ellos-la-educacion-es-un-negocio-para-nosotros-un-derecho) pero para la conciencia histó rica de nuestro pueblo, dieron un paso no permitido: NINGUNA ESCUELA PUBLICA SE CIERRA. Toda esa conjunción de cosas, sumadas al brutal ajuste que venimos recibiendo los trabajadores y el sector educativo a lo largo de los últimos años, los metió en un berenjenal del que no van a poder salir. Tocaron una fibra muy íntima para la comunidad educativa, y la bronca se generalizó no solo en las escuelas afectadas, donde docentes y no docentes quedan sin trabajo y alumnos sin escuela, sino además en el conjunto de la docencia, porque se ha interpretado con justeza que esta es una puerta para ejecutar mayor cierre de turnos, mas cierre de escuelas, más despidos y más ajuste sobre todas las escuelas públicas. Arrancan por acá, por las escuelas nocturnas, así como en el 2012 intentaron,cuando con la reforma de la currícula de las escuelas técnicas, cerrar los turnos nocturnos de dicha modalidad.

Y acá es donde queremos detenernos. La bronca que generó en docentes y no docentes impulsó una enorme cantidad de asambleas por escuela, gestadas en su inmensa mayoría en forma autoconvocada. De la misma manera se organizaron semaforazos permanentes, en todos los turnos, llevados a cabo tanto por colegios inmediatamente afectados como por la comunidad educativa en general.

Ni bien se dio a conocer la noticia del cierre de las escuelas, rápidamente se organizó una asamblea general para las escuelas afectadas. Elcarácter de base fue tal, que le terminaron imponiendo hasta la hora de movilización a los gremios para lo que sería la movilización del miércoles 19 de diciembre.

Luego de ello, el gobierno toma la iniciativa de realizar actos administrativos en las escuelas afectadas ¿en qué consistían estos actos? Básicamente en que los docentes titulares que quedan desplazados de sus cargos, se maten entre sí y con los docentes interinos, para agarrarse las mejores horas y desplazar interinatos. No pretendemos aquí detallar a fondo ni la naturaleza ni los mecanismos de estos actos públicos truchos, ni tampoco fundamentar porqué el gobierno infringió todos los reglamentos, leyes y estatutos juntos a la hora de realizar las convocatorias, porque aquí lo determinante ha sido la respuesta dada por los docentes: rápidamente se organizaron en cada escuela y organizaron campañas de impugnación (anular el acto público desde el aspecto legal) y fuertes jornadas impidiendo con la fuerza de la movilización, dentro de las escuelas, copando literalmente todo intento de realizar el acto público, consiguiendo así la suspensión en todos los colegios. No conforme con eso el gobierno vuelve a convocar para la última semana del año a estos actos truchos donde pretenden que los docentes nos matemos entre nosotros, llegando, por ejemplo, a convocar actos el día de ayer, viernes 28 de diciembre, apostando a que la avanzada altura del año impediría cualquier movilización.

La contundente respuesta de docentes y no docentes impidió cualquier realización de los actos públicos, la lucha y la movilización dentro de cada colegio supero al gobierno. Inclusive, los docentes nos organizamos en forma de red, movilizándonos de un colegio a otro para impugnar la repartija de horas, fuese o no nuestro colegio, lo cual habla de un alto grado de unidad alcanzado en el ejercicio de la movilización. Unidad que se hizo extensiva al conjunto de nuestro pueblo, expresada en el apoyo de toda la sociedad a la lucha contra el cierre de las nocturnas.

En los pasillos, las aulas, las salas de profesores, corre profundo el espíritu de que, si no van para atrás con esta medida el 2018 no arrancan las clases. El gobierno pateó la pelota para adelante, esperando que durante enero el estado de ánimo se enfríe, y poder así arremeter nuevamente. Una estrategia muy infantil por cierto, siendo que el bolsillo del trabajador va a estar mil veces más enfurecido que tras los terribles aumentos de servicios que acaban de anunciar.

La movilización de los docentes y la predisposición a la lucha pasó por arriba a sindicatos y gobierno. La asamblea autoconvocada de colegios afectados impuso las condiciones generales; las asambleas por escuela, y las redes que se fueron tejiendo entre los trabajadores, impusieron la movilización como metodología para impedir que avancen estas medidas. Los docentes no descansamos en las simples presentaciones legales y fuimos por la movilización. La metodología de acción ha sido puesta en práctica y ha mostrado sus frutos, ahora debemos generalizarla e implementarla para el conflicto educativo del 2019, conflicto cuyas puertas el gobierno ya ha abierto, y lo primero que se comió fue un portazo pedagógico.

Ahora preparan nuevos “actos truchos” de repartija de horas para la vuelta del ciclo lectivo (a realizarse entre el 13 y el 15 de febrero) pretendiendo arremeter de nuevo tras el receso vacacional, al tiempo que trataran rellenar los baches administrativos para impedir que los actos sean impugnados desde el punto de vista legal. Del otro lado de la línea de fuego, la comunidad educativa se prepara para una nueva ola de movilizaciones que impidan la repartija de horas y abonen un conflictivo comienzo de clases para el 2019.

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