Represión en Madygraf

El día de hoy reprimieron en Congreso a los trabajadores de Madygraf, quienes se encontraban realizando un “cuadernazo”, lo que implicaba el reparto de cuadernos. Los trabajadores estaban reclamando ante una estafa que sufrieron por parte del Ministerio de Educación ante una licitación pública.

Detrás de un nuevo capítulo represivo en el microcentro porteño, este conflicto gráfica con particular claridad el uso del Estado como herramienta de los grandes monopolios para engrosar sus ganancias. El 5 de diciembre se realiza el acto de apertura de ofertas de una licitación del Ministerio de Educación para la impresión de cuadernillos didácticos y libros con actividades, que serían repartidos en las escuelas de Capital Federal. La cooperativa presenta la oferta más baja para la licitación a pesar de competir con los grandes monopolios de la industria gráfica, cotizando 47.204887$ que serían 10 millones de pesos menos que sus competidores. Sin embargo, el Ministerio desestimó la presentación de Mdygraf a la licitación aduciendo faltante de muestras en el pliego, a pesar que la cooperativa tenia remito de entrega del pliego presentado firmado por el propio ministerio. Esto, en criollo, significa que la cooperativa presento su pliego de licitación, el propio Ministerio de Educación les devolvió un remito donde se admite la presentación completa del pliego pero… ¡A la hora de realizar la apertura de sobres resulta que justo, justito el sobre de Mdygraf había sido abierto y faltaba parte de la documentación y de las muestras correspondientes!

La justicia anuló la licitación, de manera que el Ministerio convocó a una nueva con dos nuevas condiciones que colocan en desventaja abismal a la cooperativa: primero, que sus competidores  ya saben cuál es el presupuesto de Madygraf, de manera tal que el resto de las empresas se puedan “acomodar” su oferta; en segundo lugar, en el pliego anterior, el Estado adelantaba parte del pago para la compra de insumos, y en esta nueva licitación el pago es contra entrega, lo que significa que la cooperativa debe desembolsar unos 25 millones de pesos en insumos, realizar el trabajo, y recién después de entregado, cobrarlo; en las nuevas condiciones les exigen un capital inasequible.

Dentro de la licitación participa, por ejemplo, el monopolio de Boldt, cuyo crecimiento, sobre todo a partir de la década de 1990 se encuentra estrechamente vinculado a los beneficios obtenidos del erario público. Surge como empresa gráfica en 1933 (encargada en la actualidad, por ejemplo, de la impresión de las obleas para la VTV en algunas provincias, o la impresión de las boletas electorales) pero se diversificó hacia la operación de software y hardware para la operación de juegos de azar (casinos) y turismo. Un caso testigo de su enriquecimiento a través del Estado fue la adjudicación a Boldt por parte del gobierno de CABA de una licitación en 2009 para el procesamiento de multas que implicaba pagar el doble de lo que ofrecía la UTN (Universidad Tecnológica Nacional) por el mismo servicio. Pero no solo de Macri son amigos, y quien indague un poco –no es el objetivo de esta nota- encontrará el enorme crecimiento de la empresa en el área del juego de la mano de otro nene de pecho… Duhalde, quien siendo gobernador de Buenos Aires, por ejemplo, le asigno a Boldt en 1999, sin licitación, la construcción del casino de Tigre, donde además les aseguraba determinadas condiciones como la no construcción de otro casino en un radio de 150 km2, les otorgaba el 50% de las ganancias en concepto de tragamonedas durante los siguientes 10 años, amén de los ingresos que obtenía por lo recaudado en los locales gastronómicos y el estacionamiento. En 2011, el gobernador Binner implementa la boleta única en Santa Fé, impresión que se realizaría también sin licitación y que se llevaría adelante por una sociedad conformada por Boldt y Artes Gráficas del Litoral (empresa formada a su vez por el grupo Clarin y el diario El Litoral).

El resto de las aventuras de estos monopolios, por el momento, se las dejamos al lector para que indague un poco.

Por eso este conflicto que estalla entre una cooperativa compitiendo con empresas de este calibre en una licitación, saca a la luz una vez más el verdadero funcionamiento de este sistema. Insistimos, y no dejaremos de insistir, en que el Estado no es un árbitro, sino una herramienta de dominación de los grandes capitales sobre el pueblo trabajador. En este caso particular se ve claro cómo hacen uso de todas las instituciones a su servicio: el poder judicial encubriendo el negocio del gobierno de la Ciudad (poder ejecutivo) y las fuerzas represivas al servicio de los grandes capitales. Capitales que no son nuevos, que no es “el primer gobierno con el que tranzan”. Por eso, el verdadero “cambio” que necesitamos es una revolución que destruya este Estado y sus instituciones podridas, armadas a gusto y piaccere de los monopolios, y construir un Estado revolucionario, con nuevas instituciones, al servicio de las masas laboriosas.

El estado policial no pasará.
Repudiamos la represión en la protesta de los trabajadores y trabajadoras de Madygraf y la persecución policial a los fotógrafos que la cubrían. En la mañana de hoy, denunciando las irregularidades en la licitación de materiales escolares del ministerio de educación, fueron reprimidos cuando realizaban una entrega de cuadernos de la cooperativa desplegando a la infantería, literalmente cazando a los trabajadores gráficos que cubrían la actividad.
Esta represión se enmarca dentro de la avanzada represiva que el Estado de los monopolios necesita implementar para disciplinar a los trabajadores que no nos resignamos a vivir en la incertidumbre que nos plantean los políticos gobernantes, los cómplices de la oposición parlamentaria y los medios de prensa de la burguesía. Ante cada protesta, movilización, debemos tomar las lecciones que nos preparen en mejores condiciones para el enfrentamiento que nos plantean, desde la legalidad, desde la denuncia en los medios alternativos de comunicación para romper el cerco mediático y el enfrentamiento, hasta intervenir para evitar que lleven detenidos a nuestros compañeros.

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