La organización bien abajo desarma el laberinto de falsas promesas y falsas divisiones

Las próximas elecciones ya tienen un resultado y al parecer todos los aprontes del próximo gobierno están centrados esencialmente en la gobernabilidad. Afirman (como no podía ser de otra manera) que lo recibido es catastrófico y que las soluciones van a tardar en dar sus frutos. Para lo cual el acto reflejo es contener y controlar la oleada de reclamos y soluciones que sin dudas vendrán ni bien asuma el nuevo gobierno.

Señales en tal sentido las dieron ni bien se supo el resultado de las PASO, con mensajes bien claritos: “no salgan a la calle, hay que esperar hasta octubre”, o frases coma la de la señora Bonafini: “no vengan con marchitas y paritos a Fernández” y sin dudarlo le mandaron una orden desmovilizadora a todo su aparato y activismo K, donde era común escuchar ya en los territorios: “que no se vaya Macri, que llegue al final de su mandato…” o “después los muertos los pone el peronismo”

Es decir, la conducta del control, donde el pueblo es un convidado de piedra, y cabalgan sobre eso, porque al mejor estilo burgués, sienten que son los propietarios de los votos, y como lo indica la democracia representativa, “ya votaste, ahora gobierno y tomo las decisiones” y a marchar de acuerdo a el interés de clase que expresa y representa el gobierno de turno.

La conversación con la oligarquía a nivel internacional lo muestra claramente. Los mismos poderes que nos expoliaron, hoy, con el respiro que les da el “antes estábamos mejor” que por cierto es así (de terapia intermedia pasamos a terapia intensiva y ahora una inyección y… ¿volveremos a intermedia?), son los que impondrán las recetas, intentando pilotear la crisis sin poner el mínimo riesgo a sus fabulosas ganancias. Diríamos, por el contrario, que veremos cómo las incrementan.

Ya hicieron su fiesta financiera, que amen de amasar miles y miles de millones de dólares, lo que hubo en estos casi cuatro años fue un impresionante proceso de mayor concentración económica, donde muchos perdieron y fueron absorbidos por los pescados más grandes. Y éstos ahora inician su nueva ronda.

El actual gobierno ya está muerto y enterrado, lo enterró el pueblo golpeándolo con lo que tenía a la mano. El F.M.I. “le soltó la mano”, que ese sería el problema menor comparado con los grandes pulpos monopólicos a nivel planetario que le dieron la espalda a Macri y hablan con Fernández como si fuera el presidente en funciones, lo cual demuestra la caída de este gobierno. Donde Macri hace que gobierna, y lo trata de disimular haciendo que está en campaña, es decir no hace nada, y los que vienen por supuesto que son diferentes, tienen mucha más experiencia de gobierno y bien saben palpar hasta dónde se puede tirar de la cuerda. De ahí que son los más preocupados por la gobernabilidad, el famoso pacto social que ya están preparando, donde los míseros 5.000 pesos son el primer acto de dicho pacto; es el mejor indicativo de a dónde apuntan, los gremios se mandaron a guardar tal cual es su función (ya están todos alineados con F.F.) y esperan con eso que el tiempo pase.

La situación de despidos y suspensiones que hubo en estos casi cuatro años empujaron a una situación de resistencia al proletariado industrial y los trabajadores en general, lo cual les permitió hacerse las “distraídas” por un instante a las burocracias sindicales en el actual desgobierno, con la mala lectura del real estado de animo de las amplias masas. Evidentemente no están viendo que el resultado electoral no es ni de cerca un cheque en blanco, hay mar de fondo, el pueblo agazapado espera una puertita que se abra para ir por sus justos reclamos.

Esto ya es parte del nuevo plan del próximo gobierno. Contener el descontento tomando la desmovilización como un eje político, ya lo están haciendo y es una consigna central no salir a la calle. Y van a recurrir a todo tipo de maniobras engañosas para ello, desde generar falsos ejes que dividan, hasta despidos selectos, movilizaciones aparentemente “cívicas” con argumentos secundarios, o soluciones mediáticas poniendo eje en la formalidad clásica del “progresismo” y así gobernar -como diría el “viejo” Timerman- “de izquierda en lo cultural, de centro en lo político y de derecha en lo económico”.

Veamos los discursos de campaña y la conducta ante el bono miserable, en un momento de devaluación y disparada de precios impresionante, donde el macrismo, sangrando por la herida, se dio hasta el lujo cínico y fascistoide de culpar al pueblo de la vuelta de tuerca en la crisis económica por cómo votó, y ahí los sindicatos actuaron como el perro que volteó la olla. En suma, el pacto social es una salida superestructural de la burguesía que genera de hecho un río de explotación, hambre y miseria, que separa más aún al pueblo laborioso de toda la superestructura política, sindical y social al servicio de la burguesía monopólica.

ENFRENTAR EL PACTO SOCIAL SOLO ES POSIBLE DESDE LA INDEPENDENCIA POLITICA

Es necesario en esta etapa ser más firmes que nunca en asumir cada vez más independencia política, del sistema y del Estado de los monopolios. De manera contraria, las organizaciones genuinas de las masas quedarán enmarañadas en el diversionismo, falsos ejes y divisiones que nos van a proponer si jugamos en el terreno de sus organizaciones aparentemente democráticas y representativas. Léase: todo tipo de aparato que decide por el conjunto de los trabajadores.

Para romper con ello, pensamos que el esfuerzo es necesario concentrarlo en la construcción de organizaciones de base, que sean capaces -desde el ejercicio de la democracia directa- de imponer la lucha autoconvocada (que de ninguna manera significa espontánea). Con ello se logrará la masividad y ahí expulsaremos a los enemigos del pueblo del seno del propio pueblo.

No se les dará margen a maniobras que confundan o lleven a divisiones y derrotas. Esto genera más y mejores condiciones para construir verdaderos órganos de poder del pueblo, que apunten más decididamente al ejercicio de la lucha política independiente desde la movilización.

En el último tiempo existieron y existen experiencias de este tenor. El caso de los docentes, tanto en Salta, Chaco o Chubut, donde quizás las reivindicaciones en lo inmediato no se lograron como se aspiraba, pero -consientes o no- son este tipo de luchas plenas de protagonismo las que ayudaron y ayudan a subir un peldaño en la lucha de clases hoy en nuestro país.

Generando una ingobernabilidad que condiciona a cualquier gobierno (en este caso provinciales con resonancias nacionales) que les traba transitar como ellos quisieran, y que les genera y profundiza la crisis política a la burguesía.

Estos han sido verdaderos triunfos políticos con elementos de carácter ideológico de parte de los trabajadores, donde es fundamental tomar conciencia, que más allá de los resultados reivindicativos, la erosión generada, abre las puertas a nuevos rumbos en la lucha por la emancipación definitiva en la lucha, que quiebre la balanza hacia el triunfo de una revolución.

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