Sobre la necesidad que tienen de aumentar los niveles de explotación

Durante estos últimos años la oligarquía financiera ha mostrado la hilacha de manera aberrante, han hecho cosas a nivel mundial que demuestran sin lugar a las dudas que el capitalismo como sistema social va en contra de los intereses de la naturaleza y de la humanidad como parte de ella. Guerras donde se dirimen intereses monopolistas, métodos extractivos abiertamente contaminantes, represiones a movilizaciones populares con formas extremadamente violentas, desarrollos tecnológicos para la producción de mercancías que aumentan la explotación del obrero y su enajenación y alienación.

Es muy común que la explotación del ser humano, que los niveles de productividad que se generan a costa de él, no se propagandicen ni se tomen como punto central de los problemas a resolver de cara a nuestro futuro. En los medios masivos de comunicación permanentemente nos tiran problemas que son reales, pero en los que se esconde siempre el fondo: Guerras, desastres climáticos, catástrofes, etc. Lo que en ningún lado aparece o se propagandiza son los niveles de explotación a los que estamos sometidos en las grandes, medianas y pequeñas industrias, solo para incrementar las ganancias de una minoría rancia.

Hoy están con el cuento que las inversiones nos darán un mejor futuro, que la llegada de tecnología nos pone en mejor situación para competir de cara al mundo, que en algunas cosas tenemos que ceder para que todos seamos felices. MIENTEN, mienten una vez más porque demostrado está que en el capitalismo la ganancia va en contra de los intereses de la clase obrera y de pueblo en general.

Particularmente en el país y en la gran industria han aprovechado para invertir en tecnología, para achicar personal, para “optimizar” puestos, para sentar las bases de una mayor explotación, para devaluar estrepitosamente los salarios (inflación y devaluación). Están agazapados para producir en esas condiciones.

Pero de este lado se encuentran con una clase obrera que está harta, y con un pueblo que mira con respeto y entusiasmo la lucha del hermano pueblo chileno, que sin saber bien por donde viene la mano empieza a mostrar algunas actitudes que le embarran la cancha al enemigo de clase.

En ese terreno es que tenemos que ir dando la pelea, en la masividad para enfrentar con el concepto de que no hay luchas chicas, medianas ni grandes, sino que son todas luchas que van en contra de sus intereses pero por sobre todas las cosas van a favor de los nuestros. Se hace imprescindible generar lazos solidarios con otros obreros, acumular fuerzas, organizarnos para poder golpear con certeza.

En esa cotidianidad, en ese constante enfrentamiento introducir el debate de los primero párrafos, tener un lenguaje directo a todo el conjunto de la clase obrera del por qué enfrentar estas políticas de explotación y de la necesidad que tenemos como humanidad de construir una sociedad diferente a la actual y que ello es posible solo con la participación activa de la mayoría.

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