Tareas actuales y permanentes

Nuestro Partido viene insistiendo en que la crisis económica que vivimos no es producto del COVID19, no ha sido generado por éste ni mucho menos. Es una crisis que ya venía en gestación, anunciada por “grandes” analistas internacionales, desde el JP Morgan en 2018 hasta el FMI.[1] Varias causas indicaban que se avecinaba una nueva crisis: caída del crecimiento mundial (principalmente de China), disminución abrupta del comercio internacional producto de las guerras comerciales, consecuente aumento de la especulación financiera y plétora de capital, falta de liquidez en los mercados, guerra del petróleo, aumento de la deuda externa impagable en los países emergentes e incluso en grandes economías, etc. El COVID19 solo vino a coronar la crisis, es su forma de manifestarse y no es éste quien la ha generado. Lejos está este planteo de arribar teorías conspirativas, es simplemente una descripción explícita de la crisis, de una crisis que estaba a punto de estallar mucho antes de que China, en diciembre del año pasado, anunciara la aparición del virus.

Pero ¿por qué es importante reconocer la pre existencia de la crisis económica?

Las crisis económicas del capitalismo son crisis cíclicas de superproducción. Sin adentrarnos en el tema, estas crisis consisten en un exceso de capital que no puede continuar valorizándose. Digámoslo en términos más sencillos: la capacidad productiva instalada producto de la ampliación anárquica de la producción, lleva a que la capacidad productiva supere la capacidad de compra por parte del mercado ¿cómo resuelve estas crisis el capitalismo? Destruyendo fuerzas productivas; desvalorizando capital. Y eso es precisamente lo que está haciendo el sistema que, además, todavía no ha tocado fondo en esta crisis. No es el COVID19 el que genera esta superproducción de capital que debe ser destruida para reestablecer el “equilibrio”, sino el propio funcionamiento del sistema capitalista.

Pero he aquí que, con la aparición del COVID19 llegó la excusa perfecta para lavarse las manos ¡un verdadero salvavidas político ante la destrucción masiva de puestos laborales y condiciones de vida de la clase obrera! Entonces, negar la crisis económica es guiñarle el ojo al sistema y esquivarle al problema de que, si se reduce la producción “luego de la crisis sanitaria” no es por la cuarentena, sino por la existencia de una superproducción de capital, es decir, por el propio mecanismo inevitable del propio sistema capitalista.

Como toda crisis capitalista lo que vivimos y lo que sigue es más empobrecimiento del pueblo trabajador, quiebre generalizado de pequeñas empresas y comercios, mayor concentración capitalista y una ofensiva particular sobre el proletariado industrial: flexibilización laboral, disminución salarial directa y vía inflación.

Pero la clase obrera no se ha quedado inerme, ni en Argentina ni en el mundo, frente a esta ofensiva del capital para resolver su propia crisis. Al contrario, estamos viviendo como nunca un despertar de la clase obrera, todos los días nos llegan nuevos y nuevos conflictos. Son conflictos de resistencia, es verdad, pero contienen una respuesta de lucha de nuestra clase obrera que no se venía dando en contextos anteriores: lucha contra la reducción salarial (numerosísimas fábricas como Danone, FATE, SKF, ILVA, Arcor, mineros neuquinos de Andacollo, Oblak, Bed Time), contra la flexibilización laboral (Acindar), contra despidos (La Nirva, Bed Time) y una enorme participación desde el interior de las fábricas en la organización de ollas populares, verdadera solidaridad de clase que nada tiene que ver con las limosnas del sistema.

 

Un nuevo panorama para la lucha de clases

En medio de esta crisis, la burguesía realiza esfuerzos para centralizar en política y avanzar de manera más uniforme sobre el pueblo trabajador. Estos esfuerzos no dejan de verse interrumpidos producto de sus enconadas luchas económicas, que los obligan al mismo tiempo a buscar levantar la cuarentena para ponerse a tiro del proceso de concentración capitalista.

Pero por otro lado, las promesas del gobierno y sus decretos de prohibición de despidos se desarman ante la más pura realidad de la lucha de clases. Los despidos suceden y suceden con plena complicidad del gobierno nacional, esa es la verdadera presencia del Estado. En el campo popular, la izquierda electoral ha quedado expuesta: todas sus promesas parlamentaristas se desmoronan ante la inutilidad de decretos y su burocracia legalista, en definitiva, va quedando cada vez más claro que el jueguito al parlamentarismo acaba en eso mismo, en un simple jueguito que no pone sobre la mesa las verdaderas medidas de lucha que debe emprender nuestra clase para prohibir despidos, flexibilización y disminución salarial: la lucha abierta y en la calle sin ningún tipo de condicionamiento leguleyo. Ni siquiera el tan célebre impuesto a las grandes fortunas –que dicho sea de paso, nada dice acerca del capital, sino solo de las fortunas individuales declaradas legalmente- ha sido tratado, mientras que en 24 hs. gobierno, UIA y CGT acordaron una rebaja salarial del 25% para todo el proletariado.

 

¿Cuáles son entonces las tareas de los revolucionarios?

El odio de clase en los sectores más concentrados de la industria ha crecido exponencialmente al hacer ir a trabajar a obreros de servicios no esenciales. Desde el día cero hubo grandes experiencias que realizó la clase (quizás las más relevantes fueron las de Acindar, Siderar y las metalúrgicas de Tierra del Fuego antes que se decrete la cuarentena). Día a día un nuevo conflicto con intervención directa de los trabajadores aparece y donde no hay conflicto por ofensiva de la empresa, hay organización de ollas populares. Consideramos tres cuestiones como centrales para aprovechar esta situación y avanzar en la organización de la clase obrera:

  • Debemos aprovechar cada una de estas luchas para demostrar y agitar, sobre todo desde el plano local, el verdadero papel que cumple el Estado como garante de los intereses de las grandes empresas, apañando despidos y flexibilización laboral.
  • De la misma manera hay que avanzar en la denuncia hacia las burocracias sindicales, que se paran directamente del lado de la burguesía firmando distintos convenios de flexibilización y baja salarial o que, en el mejor de los casos (burocracias de izquierda) se limitan a observar de manera pasiva esta situación, llegando a considerar producción esencial la producción para la exportación o parándose directamente desde un discurso conciliador. El último comunicado del sindicato de aceiteros[2] es toda una joyita de la conciliación de clases “por izquierda”, donde piden mayor intervención estatal –para estos señores el pago a la deuda, la rebaja salarial del 25%, etc., no estaría siendo intervención estatal evidentemente- en un sector económico que es producción mayoritariamente para la exportación y donde, por ejemplo, el complejo agroexportador de Puerto Quequén rompió todos los records históricos de exportación[3].
  • Las condiciones en la que se dan estas luchas y acciones solidarias son netamente de base y tienen un claro carácter de democracia directa, porque se realizan por fuera de cualquier institución o reglamento sindical. Junto con la denuncia del Estado y sus burocracias sindicales tenemos que hacer hincapié en la verdadera democracia obrera. Profundizar no solo en estas organizaciones de base, sino también en la conciencia respecto a estas formas de organización, y por lo tanto, en avanzar hacia su organicidad.

Combatir desde lo concreto y desde lo ideológico al Estado Capitalista con sus manifestaciones actuales; construir desde lo concreto y desde lo consciente las organizaciones de base de la clase obrera, en franca oposición a la institucionalidad del sistema. He allí la esencia de nuestro programa.

[1] Un ejemplo de estas previsiones puede verse en: https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/quienes-estan-diciendo-que-vamos-nueva-crisis-ellos-que-sector-podria-explotar

[2] http://federacionaceitera.com.ar/2020/05/01/1-de-mayo-dia-internacional-de-los-trabajadores-2/

[3] https://www.letrap.com.ar/nota/2020-5-7-16-55-0-agroexportadoras-en-la-pandemia-embarques-record-y-una-deuda-millonaria y https://twitter.com/puertoquequen/status/1256332686097960962?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1256332686097960962&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.letrap.com.ar%2F

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