SERÁ LEY. Nos están debiendo un derecho (uno más)

Logramos otra media sanción y estamos cada vez más cerca de conseguir un derecho fundamental postergado por años. Un derecho que nos deben a todo el pueblo, porque cada año hay alrededor de 450 mil abortos de los cuales, aproximadamente el 10%, termina en hospitalización con graves consecuencias para la salud de la persona gestante o inclusive, en muchos, casos llegando a la muerte. Esto que nos intentan instalar como “tema de mujeres” (como tantos otros temas relacionados a la cuestiones de género), sabemos que es una problemática que nos atraviesa como sociedad. Toda persona con posibilidad de gestar y, por ende, que podría querer o necesitar abortar seguramente es hija/hijo, madre/padre, hermana/hermano, sobrina/sobrino, nieta/nieto, amiga/amigo o todo junto. Por ello, si nuestra salud queda expuesta por falta de políticas públicas y corren peligro nuestras vidas, no solo nos afecta a a cada uno sino a todo nuestro entorno, miles de entornos, todo un pueblo.

Sobrevivir a un aborto es un privilegio de clase

La práctica del aborto se realiza desde que el mundo es mundo y hoy exigimos su legalización para ponerle fin a las miles de muertes de personas gestantes de nuestro pueblo que, sin recursos, sólo pueden recurrir a métodos y/o lugares clandestinos donde su salud y sus vidas corren un gran riesgo.

En este debate queda absolutamente claro que la ilegalidad del aborto afecta, no a las mujeres en general y así, a secas, porque quien tenga recursos puede acceder a lugares y métodos mucho mas dignos y cuidados. Entonces, la ilegalidad del aborto claramente a quién condena es a una clase, la que no posee nada , también atañe a varones trans y a toda persona gestante con cualquier identidad.

Estamos asistiendo a un hecho histórico, una conquista de la que el poder político intentará apropiarse, poniendo al Parlamento como “abanderado de la democracia” y a los “representantes” del pueblo como héroes populares en su afán de darle credibilidad y sentido a su democracia burguesa. No olvidemos que fue este mismo Parlamento el que históricamente negó una y otra vez  este debate, tan caro para las personas gestantes y todo el pueblo.

Es por todo esto que de salir la Ley, y SERÁ LEY, debemos ser conscientes que este ya es  un triunfo político de todo el pueblo que viene luchando desde hace años, cada vez más masivamente y que trasciende inclusive el problema del aborto en sí, poniendo al desnudo el atraso al que nos somete el capitalismo con su permanente imposición del machismo como forma de dominación ideológica. Esto no viene del Parlamento, viene de años de pueblo organizándose en redes de cuidado, acompañamiento, contención o lucha para atender las más diversas situaciones. Gestando desde infinitas organizaciones nacionales y locales, colectivos sindicales de base, estudiantiles, barriales, ejerciendo democracia directa, espacios de debate y decisión que dieron origen a la marea verde que impulsó con determinación este reclamo una y otra vez (aunque el proyecto de Ley actual se encuentre recortado respecto al proyecto elaborado por el movimiento de masas).

La legalización del aborto es una conquista histórica en sí misma.

En el actual contexto político, es un golpe directo al corazón del sistema.


Nota: Cuadro comparativo del proyecto de Ley presentado por la Campaña Nacional de Legalización de Aborto y sus diferencias con el proyecto de Ley presentado por el Ejecutivo y aprobado en Diputados ayer, 11 de diciembre de 2020:

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