LATAM y la situación de los aeronáuticos

En el año 2020 y con la excusa de la pandemia LATAM Argentina procedió al vaciamiento de la filial local. En ese momento contaba con 1.715 empleados, de los cuales 1.500 consiguió desvincular mediante retiros voluntarios, no sin antes llevar adelante un plan de extorsión y reducción salarial –la pandemia les vino bárbaro-. Con aquellos que no arreglaron comenzaron una escalada de despidos hace dos semanas: han avanzado con 193 trabajadores y trabajadoras, de los cuales 170 son tripulantes y el resto de sectores de carga y pilotos.

La ecuación para estas grandes corporaciones es muy simple: no disolvieron la sociedad anónima en Argentina, sino que buscan retomar su esquema de operaciones con aviones de matrícula y pilotos chilenos, así como una base de tripulantes local regulados bajo legislación extranjera, sin convenio colectivo de trabajo. Una nueva LATAM “LowCost” ¡Toda una flexibilización laboral! Mientras tanto el Ministerio de Transporte otorga nuevas autorizaciones para aumentar la frecuencia de vuelos locales, operados con personal extranjero (lo que pone de relieve el contenido flexibilizador de los despidos).

¿Y los famosos DNU prohibiendo los despidos? ¡Nada! No existen a la hora de privilegiar los intereses de las grandes corporaciones, verdaderos jefes de los gobiernos de turno. No solo en LATAM se han ejecutado despidos, ayer denunciábamos una situación similar, de total vaciamiento, en la multinacional SwissJust quien, lejos de tener problemas productivos lo que busca es tercerizar operaciones para bajar costos.[1]

La crisis capitalista que vivimos sigue su curso: las grandes multinacionales reorganizan sus negocios buscando disminuir costos de producción, siempre a costa de los trabajadores, imponiendo mayores condiciones de flexibilización laboral; los gobiernos de turno funcionan como paraguas para garantizar el desarrollo de los negocios y contener la lucha de las y los trabajadores. El Estado presente, del que tanto se habla, cumple su rol: para las cámaras televisivas “prohíbe” despidos; en los hechos, ampara a las grandes empresas.

Sin ir más lejos, la “estatal” Aerolíneas Argentinas firmo una paritaria deplorable, del 25% en negro hasta abril (a partir de ese mes pasa a integrar el básico) luego de tres años con las paritarias suspendidas. Mención aparte merecen los sindicatos que salieron a “pedir paciencia” frente a la situación del sector aerocomercial. Obviamente la firma del acuerdo se llevó a cabo sin siquiera consultarle a las bases, al tiempo que aprobaban sin reproches la reciente fusión de Aerolíneas y Austral –donde de paso disminuyeron varios puntos salariales y flexibilizaron el convenio colectivo a los absorbidos trabajadores de Austral- y, por si fuera poco, los propios sindicatos aumentan la cuota de la obra social sobre los atrasados y congeladísimos salarios aeronáuticos.

La presencia del Estado radica justamente en garantizar que las condiciones de explotación y la libertad de despido para empresas como LATAM sigan su curso, con la menor resistencia posible de los trabadores y trabajadoras. El problema lo tienen, justamente, en la voluntad de lucha de una clase que resiste activamente ante cada avanzada del poder. Allí también resisten los trabajadores y trabajadoras de LATAM.


[1] https://prtarg.com.ar/2021/02/19/swiss-just-hablemos-de-bienestar-en-medio-de-los-despidos/

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