Mientras los políticos y los medios titulan sus crisis con comportamientos de gran bajeza moral, la realidad de nuestro pueblo les refresca que su circo les será insuficiente para navegar en aguas turbulentas.
Hoy los trabajadores de Kraft-Foods están movilizados por un aumento salarial del 35%, a la vez se abre la discusión en la UOM, en los docentes, etc. En cientos de empresas en estos mismos instantes, sus trabajadores se encuentran en un estado deliberativo que abarca no solo el salario sino las condiciones de trabajo y aspectos esenciales para una vida digna.
Las instituciones del Estado, gobierno, oposición, justicia, hacen lo que pueden, están condicionados por la negativa de la gente a todo lo que hacen, están bajo sospecha permanente, no los quieren. Esa es la crisis política que tienen que se expresa en la voracidad de sus discursos y acciones. El reclamo salarial de un 40% es justo por donde se lo quiera mirar y esto, en la vida cotidiana a la burguesía le provoca escozor, la lucha se seguirá expresando de múltiples formas, pero una vez masificado el reclamo en los puestos de trabajo, en las calles o donde fuere, como está sucediendo, la cosa se les complicará aún más.
La historia no vuelve para atrás y en ella se seguirán fogueando miles y miles de trabajadores en lo que es la esencia de todos estos movimientos, la autoconvocatoria por fuera del control del Estado.