El gobierno, los sindicatos, los políticos y empresarios trabajan cotidianamente al unísono para parar la presión de los trabajadores por recuperar el salario perdido en manos del ajuste y la inflación desatada por los monopolios en los últimos meses.
No se cansan de argumentar que si se supera el techo del 20% de aumento en los salarios, esto generaría más inflación “justo ahora que empezamos a salir de la crisis”.
La realidad es que para los obreros de fábricas, talleres y todos los asalariados en general la situación económica es insostenible. Por eso se ha generado un movimiento de reclamos para, al menos, recuperar lo perdido en el poder adquisitivo del salario en este último período.
En importantes sectores de los trabajadores, metalúrgicos, alimentación, automotrices y demás industrias y empresas de servicios, se ha empezado a instalar la necesidad de un aumento del 40% (sin cuotas) y un básico mínimo de $ 3.500. Tomando cada día mayor fuerza y extensión debido a la organización y movilización que genera esta demanda en las bases trabajadoras.
Para lograr este objetivo es necesario nacionalizar esta demanda y unificar los esfuerzos del conjunto de la clase obrera y los trabajadores asalariados y así darle rango político al movimiento.
La tarea que se impone es difundir y articular esta idea unitaria entre todos los hombres y mujeres que honestamente se disponen a dar la pelea por el salario para convertir esta demanda en una barricada nacional que pare las aspiraciones del poder de los monopolios de mantener planchados los mismos.