En la reciente reunión del Consejo Nacional del PJ realizada en la residencia del gobernador Scioli, Néstor Kirchner -con cierto aire “pedagógico”- señaló que «la inflación no tiene nada que ver con el INDEC ni con los números que maneja la inflación».(¡?)
Intentando además de ordenar una tropa cada vez más desbandada y en crisis, dijo que «va a invitar a la conducción del INDEC, para que los gobernadores sepan cómo se elaboran las mediciones y cómo trabajan en el organismo oficial nacional”.
En línea con lo que viene sosteniendo el gobierno en los últimos meses, lo que se busca es culpar a “los empresarios”, como si las políticas del gobierno de los monopolios no tuviesen nada que ver con la galopante suba de precios que padecemos los argentinos.
Se trata de culpar a “los empresarios” como si estos no tuviesen nada que ver con las decisiones del gobierno y como si ellos no se sentaran cotidianamente a la mesa de las decisiones para resolver cada paso a seguir.
Como si Repsol y las petroleras, las automotrices, Cargill, Vicentin, las alimenticias y los frigoríficos fueran “entes” que nada tienen que ver con las políticas de Estado.
Es cierto, lo que padecemos es responsabilidad de los monopolios, pero Gobierno y empresarios funcionan como una sola cosa en este Capitalismo monopolista de Estado.
En definitiva, todos estos discursos y escenografías de cartón pintado, ya no resisten ni el más mínimo análisis serio y son despreciados por el pueblo.
A pesar de estas movidas, como todas las maniobras para justificar los pagos externos, sumado a la cada vez más profunda crisis política, no logran que el gobierno recupere la vertical; fundamentalmente porque el conjunto de los trabajadores y el movimiento de masas no sólo no está dispuesto a tragarse más sapos sino que da pelea, cada uno desde su lugar, con lo que tiene a mano, poniendo al frente cada reivindicación postergada y haciendo pesar la fuerza de la unidad y de la experiencia autoconvocada.