Fantini, secretario general del gremio de los trabajadores de la carne, y funcionario a sueldo del frigorífico Swift, en medio de la puja salarial, salió a agitar el fantasma de la desocupación. Propuso, además, que el gobierno debe facilitar medios para la exportación, incentivos para la comercialización de carne en el mercado interno y, si eso no alcanza (para que los empresarios tengan mejores ganancias), el gobierno deberá incrementar los subsidios con los que hace muchos años se vienen pagando a los obreros de los grandes frigoríficos.
De aumento de sueldos no dijo ni A. O sea no se refirió al principal problema que tienen los trabajadores del sector de la carne y que es común a todos los trabajadores del país. Por el contrario quiso ocultarlo con el fantasma de la pérdida de puestos de trabajo.
Por su parte, Buzzi, secretario general de Federación Agraria, reclamó un dólar a $ 4,00.
Este señor, tal como lo hacen a diario otros “dirigentes” de instituciones que dicen representar a sectores populares (trabajadores, pequeños productores, profesionales, etc.), proponen “soluciones” burguesas a problemas burgueses. De tal forma que estas propuestas hunden más al pueblo y benefician a…los monopolios.
El aumento del dólar significa la disminución generalizada de los salarios, pero además, el aumento generalizado de los costos.
Los pequeños productores agropecuarios y las poblaciones del interior que se movilizaron masivamente en las históricas jornadas de lo que se dio en llamar incorrectamente “la lucha del campo” y los trabajadores escuchan a este energúmeno como una de las tantas voces del enemigo que nos hace sufrir las condiciones de vida que estamos soportando.
Los chacareros compran las semillas, los fertilizantes, los herbicidas, maquinarias, los vehículos y alquilan campos, a precio dólar. Los únicos que están interesados en la propuesta de Bussi son los grandes propietarios de medios de producción, pues la medida propuesta aumenta la concentración y centralización del capital y la tierra, profundizando la eliminación de pequeños productores y pauperización de los trabajadores. Paradójicamente, lo que ocasionaba la resolución 125 contra la que se movilizó ese sector.
Como vemos, estos “representantes” del progresismo y de los trabajadores, expresan su pensamiento a favor de los monopolios y contra los intereses de la mayoría de la población.