La lucha de clases se agudiza sin cesar, es un proceso objetivo, que no depende de la voluntad de individuos, grupos o partidos. Es el resultado del enfrentamiento concreto entre las dos clases fundamentales: la burguesía y la clase obrera.
La burguesía monopolista, el sector burgués que hegemoniza y dirige desde el control del Estado la marcha de la sociedad, está a la defensiva, enredada entre sus propias contradicciones y la empecinada lucha popular.
El proletariado y el conjunto del pueblo, profundizamos la acción autoconvocada, convencidos que ninguna solución vendrá desde la superestructura social y política; sólo confiamos en nuestras propias fuerzas.
En este panorama, en este estado de permanente enfrentamiento entre la dominación monopolista y las aspiraciones populares, nuestro partido lanzo el pasado 18 de abril un Programa de Acción y Unidad Popular.
Este plan político es una síntesis de los reclamos más sentidos de nuestro pueblo, del conjunto de sus reivindicaciones y necesidades.
De ningún modo creemos que la burguesía como clase, su Estado, su gobierno y sus representaciones políticas estén dispuestas a conceder ningún punto de ese programa; no es una recopilación de reclamos hacia el estado monopolista.
Lo que allí planteamos es una serie de objetivos políticos para luchar, de una forma unida y concentrada. Partimos que la lucha por cada uno de esos puntos ya se ha iniciado, lo comprobamos a diario cuando nos detenemos a observar la disposición de nuestro pueblo.
Pero muy distinto es cuando esas luchas parciales, particulares, se enhebran con las luchas del resto de la comunidad, cuando esas fuerzas particulares apuntan en la misma dirección.
Bajo esos puntos, asentados en la acción autoconvocada, en la capacidad creadora de nuestra clase obrera y nuestro pueblo, es posible arrancarle a la burguesía monopolista lo que por derecho nos pertenece, nada más y nada menos que el fruto de nuestro trabajo.
Lanzarnos al combate con una orientación unitaria y masiva es el primer paso para conseguir nuestras victorias, y en la profundización de esa marcha iremos transformando la bronca en poder, y el poder en más poder.
Por eso este programa no es partidario, no importan siglas ni banderas cuando esta en juego el futuro; el programa de acción política es una herramienta para profundizar aún más la lucha de clases
Masificarlo es la tarea mas importante que tenemos todos los que deseamos que acabe este sistema de explotación, miseria, saqueo y hambre.
Esta llegando el momento de que el pueblo desate todas sus fuerzas, ponga toda su potencia en un objetivo estratégico, para avanzar desde la unidad y la acción en la construcción de una verdadera salida revolucionaria.
La hora de la revolución depende de los trabajadores y el pueblo, en nuestras manos esta la llave para conquistar una vida digna.