Hoy es un día muy sentido para todos los trabajadores de nuestro país y del mundo.
En él, se condensan todas las conquistas históricas del proletariado a lo largo de su Historia y se expresan también todas las aspiraciones y la lucha por la dignidad de nuestras familias. Por eso decimos que el 1° de Mayo es un día de luchas para la clase obrera. Y esto no es un eslogan, es una posición de acción política, un llamado a la unidad y a la profundización del enfrentamiento de clase; en un momento en nuestro país en donde la burguesía atraviesa una grave crisis y está a la “retranca” y los trabajadores y el pueblo asumimos una actitud ofensiva.
En diversos frentes industriales, de punta a punta del país, los trabajadores nos plantamos frente a la burguesía. Como lo demuestran por estos días los obreros de Arcor, que desde su independencia y la acción autoconvocada están en pie de lucha, con toma de fábricas y cortes de ruta.
El conflicto comenzó en la planta de Monte Cristo (Córdoba), con la toma de la fábrica y un corte de ruta, apenas los obreros se enteraron del arreglo que querían hacer la empresa y el sindicato de un 25% en tres veces. La respuesta de los trabajadores fue inmediata y concreta: queremos un 35% en una sola vez. La respuesta de la empresa fue la esperada: “no hay plata para ustedes”.
Lejos de amedrentarse, los trabajadores mantuvieron el enfrentamiento y se fueron sumando los obreros de las plantas de Arroyito y de Jesús María, también con cortes de rutas y ya pidiendo $ 3.200 de básico (lo que significaría un 60 % de aumento sobre los 1,896 pesos que cobran hoy).
“No puede ser que ARCOR, una de las empresas que más ganan en el país, sea una de las que menos pagan y que digan que no tienen plata para los aumentos; desde el año pasado que venimos perdiendo, porque el aumento anterior, antes de que lo termináramos de cobrar ya la inflación de se lo había comido. Esta vez queremos todo junto”, es lo que decía una compañera en el corte.
La empresa amenazó a los trabajadores con suspensiones através de una carta, la misma que los compañeros de la planta de Juan B. Justo (la ex Lia) mostraron por televisión, cuando también se sumaron decididamente al conflicto.
Pero mas allá de las amenazas y de la conciliación obligatoria que dictó el Misterio, los cortes siguen coordinadamente entre las 4 plantas: la de Arrollito, Ruta 19 Monte Cristo, ex Dulzor, la ex Lia y la de Jesús Maria (todas perteneciente a Arcor).
Son alrededor de 5.000 compañeros entre todas las plantas. La de Arrollito y Jesús Maria son las más grandes, con 2.000 operarios cada una, en la ex Lia hay 400 y en la ex Dulzor hay 450.
La lucha se lleva adelante con 4 horas de paro por turno todos los días. Durante esas horas los trabajadores salen a las rutas a cortarlas. El reclamo sigue siendo el mismo. Por supuesto que al gremio no le ha quedado otra que “ponerse al frente”, para tratar de enfriar todo, por supuesto, pero los trabajadores están firmes.
La participación de los obreros crece y es cada vez más amplia; se van sumando así más fuerzas decididas a quebrar la decisión de la empresa y las maniobras del gremio. La consolidación y fortaleza de esa masividad es lo que seguramente podrá decidir el conflicto, al igual que todos los otros conflictos por conquistas que la clase obrera y el pueblo venimos llevando adelante.