Mientras la fétida dirigencia Cegetista y los políticos del gobierno festejaban el 1° de mayo en un hotel de 5 estrellas en la ciudad de Paraná; los trabajadores de la alimentación hacían polvo las ya rotas aspiraciones de los monopolios, el gobierno y las gerencias sindicales de mantener el techo salarial del 22 % para las actuales paritarias. (Ver notas en esta página)
Con los más de 12 días que lleva el conflicto donde lo destacable es la contundencia, masividad y decisión, en diversas plantas de la rama de la alimentación la clase obrera les sienta un mazazo a la oligarquía financiera y su gobierno en su afán de mantener planchado el salario, y lo han hecho en su terreno, el terreno de la producción.
Pero este conflicto es apenas una muestra de la caldera que acumula presión en toda la clase obrera y el pueblo trabajador. Los trabajadores que vienen preparando sus fuerzas y que ya han realizado las primeras refriegas, ahora alentados por los trabajadores de Arcor, se disponen a romper todos los techos que se le pretendan imponer, desde los sindicatos y el poder, a sus aspiraciones reivindicativas.
Menudo frente de tormenta se le presenta a la burguesía para los próximos meses como consecuencia de la arremetida de los trabajadores.
Los hombres y mujeres de vanguardia de la clase debemos saber timonear para que de esta embestida no sólo cosechemos conquistas sino que, además, avancemos en organización para mantener a nuestro favor la correlación de fuerza en el tiempo y sea base para los futuros pasos en la confrontación con el Estado y los monopolios.
Los trabajadores de Arcor han demostrado que con decisión es posible hacerlos retroceder, mas allá de cómo termine este conflicto, porque sin duda alguna ya nada será como antes. Con este conflicto la clase en su conjunto ha ganado en experiencia, confianza en sus propias fuerzas y avanzado en reconstruir su identidad de clase.