Las Tanineras de Puerto Tirol (Unitan) y La Escondida , La verde (Indunor), son las fábricas a cuyo alrededor fueron construidos estos pueblos. Esto quiere decir que son determinantes en las economías de los mismos, como todas las fábricas monopólicas.
Pero en estos pueblos esto se hace muy evidente. El poder de las fábricas, el poder burgués, los dueños de los monopolios, ponen al intendente, al jefe de policía, al juez, dicen qué debe estudiarse en los colegios y cómo, ponen los directores de los hospitales para que se curen sus empleados sin que se sepa de qué se contaminaron o cómo se accidentaron.
Bajo su poder se construye toda la institucionalidad burguesa, con el único objetivo de obtener e incrementar las ganancias de sus negocios. Es por eso que en contraposición, el trabajador de la fábrica, ese obrero que es quien diariamente produce sus escasos medios de vida y la propia ganancia del patrón, es determinante en esa población. Ese trabajador es quien deberá empezar a construir un poder, desde la producción de esa riqueza, para ganar la libertad y posibilitar el desarrollo de los hombres, mujeres y niños oprimidos de esa sociedad.
El viernes 14 de mayo los obreros de Unitan, en conjunto con los de todas las plantas tanineras de la región, comenzaron un paro por tiempo indeterminado en reclamo de aumento salarial. La decisión se tomó en asamblea de la federación de tanineros (FATITA), luego de recibir una negativa a los reclamos solicitados en reunión de la trucha paritaria con la Cámara Argentino – Paraguaya del Tanino.
Esta medida se vino gestando desde hace mucho tiempo, porque los salarios están congelados desde 2008. Durante todo este tiempo, las recomposiciones ofrecidas por la patronal fueron sólo migajas y no se incorporaron al básico. Justamente en este punto es donde está la característica más original que marca un nuevo rumbo en las luchas salariales: los obreros ya no piden un porcentaje de aumento sobre el sueldo en vigencia, sino que han definido un piso en función del costo de vida. El monto que reclaman es de $3.500 de básico para la primera categoría, además de un nuevo índice para las demás categorías.
Los obreros tienen claro que es factible este aumento, porque conocen la magnitud de la producción, que asciende a unas 90 toneladas diarias, como mínimo, pudiendo alcanzar las 300 toneladas por día.
La modalidad elegida para la protesta fue el bloqueo de la entrada de la planta, impidiendo el ingreso y la salida de la producción. Esto se repite en las demás fábricas de la región: en La Escondida, La Verde y Formosa.
Los trabajadores concurren a la puerta de la fábrica en los horarios que corresponden a sus turnos y han instalado una carpa donde funciona una olla popular. La totalidad de los obreros sostiene la medida y el ánimo es de confianza y seguridad en la conquista del aumento.
A la firmeza de la posición de los huelguistas, se opone una posición dubitativa y dilatoria de las empresas. Nada les ha resultado hasta ahora y sólo dan muestras de debilidad. Han sacado a relucir todo su arsenal de herramientas para desarticular la lucha. Acudieron al intento de corrupción, ofreciendo a la conducción gremial $ 50.000, y probaron con el amedrentamiento: despidieron a una decena de trabajadores en Indunor (La Escondida).
Cabe aclarar que este sindicato tiene en total 1200 afiliados en el país, viven en el pueblo y trabajan con el resto de los compañeros. Dicen sus dirigentes: “qué vamos a hacer con lo que nos den de coima, si tenemos que seguir viviendo acá, soy hijo de obrero y mi hijo también”.
Este es un sindicato atípico en relación al resto, lo importante es que se están alineando con la posición de las organizaciones autoconvocadas, donde las decisiones se toman en asambleas y el enfrentamiento es la forma de resolución. Ven que los obreros en su composición son muy jóvenes y que no están dispuestos a bancarse cualquier cosa que venga de la patronal. Es por eso que ahora los dirigentes más grandes comienzan a convertirse “en cusquitos capaces de ladrar” (como ellos mismos reconocen). Es que estos jóvenes obreros que nacieron en el pueblo y que son hijos de obreros, vieron entrar a la fábrica a sus padres sin nada y después de una vida de 30 ó 35 largos años, salir sin nada habiendo dejado toda su sangre en los galpones de la empresa.
La última iniciativa de la burguesía fue dar intervención al poder político con el intendente Sager, que sólo atinó a plantear el inconveniente que le causaba esa medida lamentando el “espectáculo” que ocasionaba justo el día de la festividad de Santa Rita, acontecimiento turístico fundamental en la región.
Le preocupa que las cien mil personas que van a visitar al pueblo puedan conocer las condiciones en que trabajan los obreros de Tirol, y los tomen como ejemplo en la lucha por una vida digna.
Por su parte, el gobernador de la Provincia convocó a la dirección del sindicato el domingo a la noche y se ofreció como mediador en el conflicto. En una radio una oyente le planteó: “no puede solucionar los problemas de los estatales y quiere venir a solucionar la de los privados”.
Pasa el tiempo y las soluciones no aparecen y la huelga sigue, cada vez más fuerte.
Unitan es la fábrica más antigua del pueblo y la más grande, con alrededor de 400 obreros. Esto lleva a que todo Tirol esté pendiente de lo que sucede con la huelga, y apoye mayoritariamente a los obreros.
En las demás fábricas del parque industrial, el camino que iniciaron los tanineros comienza a ser considerado como alternativa. La bronca por las condiciones salariales y de trabajo se está transformando en búsqueda de una salida de lucha. En todos los turnos, en cada sector, a la entrada y a la salida del trabajo, la discusión es cómo hacer para lograr lo que en Unitan están pidiendo.
Hoy está prendida una llama de lucha en Tirol. Los trabajadores suman sus reclamos y las luchas sectoriales de la población, y entre todos los pobladores se va construyendo el futuro de dignidad que todos los argentinos del pueblo nos merecemos.