La reunión entre la CGT y la UIA refleja la preocupación de ambas expresiones del poder de los monopolios.
Los reclamos salariales se fueron de madres, dijo De Mendiguren.
Y no puede estar más acertado. Según ellos, la madre de la que se trata era el 20 ó el 25%, porcentajes que sólo quedaron en el recuerdo como testimonio de las primeras traiciones gremiales a sus trabajadores.
Los sindicalistas que firmaron esos “acuerdos”, hoy no saben de qué disfrazarse. No pueden sostener ante los trabajadores ¿cómo es que otros gremios “pactaron acuerdos” que superaron el 35 y el 40%?
En realidad, lo que no pueden reconocer es que esos porcentajes han sido arrancados con luchas y contra su voluntad (la de los sindicalistas, la del gobierno y la de la UIA y los monopolios).
Tampoco pueden reconocer ni aceptar que lo que se está transitando es el camino de la desaparición de hecho de las paritarias, o más bien la discusión única anual del tema salarial.
Todo eso está siendo derrotado por la lucha y la presión de trabajadores en todo el país.
El ideal de la burguesía, consistente en que sólo una vez al año se “negocie” el tema salarial, tras lo cual se debe caminar un período anual de paz social hasta la próxima paritaria, ha sido quebrado.
El avance de los reclamos es decidido y sostenido. Las luchas aparecen por aquí y por allá. La paciencia se acaba y deja su lugar al ¡esto no va más!
A pocos días de ocurrido, ya se esfumaron los sueños de las fiestas del bicentenario en que, según la fantasía del gobierno K, se expresó un consenso “que hay que capitalizar” de esa multitud que asistió –de una forma u otra- a los festivales y actividades artísticas que se llevaron a cabo durante la fecha patria. El gobierno confunde sus deseos con la realidad.
Sin embargo, la realidad es la profundización de la lucha por parte del pueblo y la generalización de la preocupación, las dudas y el miedo, por parte de la burguesía.