Los docentes del Chaco tenemos 14 sindicatos que nos “representan”, 14 sindicatos que “luchan denodadamente a brazo partido” por nosotros. Ahora es inexplicable que estemos tan mal si hay tanta gente que lucha por nuestros salarios, por nuestras reivindicaciones, por nuestros derechos. ¿O será que sólo están para engañar, dividir, hacer negocios o reproducir la política de la patronal? Hay sindicatos que sólo existen para hacer cursos y cobrar por ellos, otros para no dar clases. Otros proponen una supuesta política combativa, y hacen paros domingueros para desmovilizar a los docentes además de enfrentarlos con los padres, y la comunidad en general.
Mientras tanto, damos clase en escuelas con edificios deteriorados, en condiciones de higiene y salubridad pobrísimas. Las aulas están superpobladas, lo que profundiza la necesidad de bancos y sillas. El material de estudio es insuficiente y está desactualizado, a pesar de la insistencia en el desarrollo de las tecnologías de la información que hacen las autoridades. Nuestro salario viene perdiendo poder adquisitivo desde hace dos años, cuando conseguimos los últimos aumentos significativos. En 2009 y lo que va de 2010 sólo recibimos migajas, en su mayoría en negro.
La educación es una preocupación de toda nuestra sociedad. La resolución de los problemas saldrá de la movilización, la lucha y la unidad. La unidad no sólo de los docentes, sino de toda la comunidad. El camino es conocido, porque ya lo hemos transitado en el pasado. La organización autoconvocada, en nuestro lugar de trabajo, con nuestros compañeros, con los estudiantes, con los vecinos del barrio, es la herramienta. Discutimos y resolvemos entre todos, y salimos a la calle para conseguir las soluciones que necesitamos.
Debemos ir avanzando paso a paso, conquistando todos los días un reclamo, por más pequeño que parezca. Ir pensando ya en un tipo de educación totalmente distinta, una educación en manos del pueblo trabajador, para todo el pueblo. Esto es quitarle el poder al gobierno del estado monopólico actual, que todo lo tiñe de miseria, negocios, marginación.
En muchas escuelas esto ya está ocurriendo y el paso siguiente es unirse con las demás, las que están cerca, que tienen problemas similares. Maestros y profesores dejamos un tiempo de descanso y acudimos a discutir con otros docentes. Construimos entre todos el proyecto de educación que necesita el pueblo trabajador. Salimos a luchar a la calle, fuera de los horarios de clase, con nuestras familias y con los estudiantes.
Hoy la lucha de los docentes autoconvocados, de las asambleas de docentes en las escuelas y de cientos de trabajadores de la educación que buscan una vida mejor, hará alcanzar las conquistas necesarias hasta lograr la victoria total.