Días pasados el diputado, ex presidente y esposo de la presidenta, Néstor Kirchner, explicó mediante cálculos y relaciones entre trabajadores en actividad y jubilados, las razones por la cuales, según él, en caso de que el gobierno pagara el 82% móvil a los jubilados quebraría el país.
Días más tarde, la presidenta habló sobre la distribución de la riqueza. Aseguró que su gobierno practica la solidaridad y, refiriéndose a la asignación universal por niño recientemente otorgada, recalcó “las diferencias entre la caridad y la solidaridad” que, en su época, había sañalado Eva Perón.
Por su parte, en la fecha, ADIMRA (Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina), publica algunos números de la producción del sector, según lo que sigue a continuación:
• Hace nueve meses que la industria metalúrgica crece en forma continuada.
• Entre el año pasado y el 2010 creció un 22%.
• Si se compara el período de abril a junio de 2009 con el mismo período del 2010, la producción de la industria metalúrgica aumentó un 28,5%.
• En la provincia de Santa Fe la industria metalúrgica creció 38,2% en un año, siendo el mayor crecimiento en todo el país.
• La capacidad instalada de la industria metalúrgica creció un 31% en todo el país.
Aclaremos que la industria metalúrgica es productora de bienes de capital o sea que quienes le compran a la misma, lo hacen para invertir (consumo productivo) y no para el consumo personal. Lo cual significa que estamos hablando de decenas de miles de millones de dólares que empresas monopolistas producen para otras empresas monopolistas que agregan valor a esos millones produciendo bienes que venden para consumo en Argentina y en el mundo.
El presidente de Adimra, el Sr. Lascurain, informa también lo siguiente:
“Los sectores que más demandaron los productos metalúrgicos fueron:
1- La industria automotriz.
2- La propia industria metalúrgica.
3- El sector energético.
4- Las actividades agroganaderas.
5- El sector de comercio y servicios.
Y como broche de oro, el cínico burgués dijo: “Apuntamos a seguir generando empleo de calidad (léase: pocos trabajadores a mayor ritmo de producción y mayor tecnología, o sea más superexplotación), incrementar las inversiones y mejorar la competitividad (léase: pagar menos salarios y reducir costos) de las empresas. Debemos seguir articulando la acción pública y privada en este sentido (léase: necesitamos más subsidios del Estado) para profundizar la condiciones que permiten expandir más nuestra capacidad productiva (léase: expandir nuestras ganancias), tanto en el mercado interno como el externo.”
La secretaria de industria Débora Giorgi, por su parte, dijo que “el crecimiento del país sorprende hasta a los más optimistas”.
Este gobierno campeón de los derechos humanos, la distribución de la riqueza y de la solidaridad con las migajas que se caen del banquete, no puede mentir tan descarada e impunemente y hablar de la justicia social ni querer hacernos confundir con estadísticas de ocupados y jubilados. No nos tragamos el anzuelo. La producción que generamos los trabajadores en nuestro país alcanza para que, con 8 horas de trabajo diario, tengamos sueldos superiores a la canasta familiar, el 82% móvil para los jubilados y para que los 40 millones de habitantes tengamos una vida digna. Cualquier otra cosa es robo y explotación descarada.