Una vez más está claro que el poder político se subordina al poder económico que tienen las empresas trasnacionales, en este caso las compañías de telefonía celular.
Para ello si es necesario contaminar el medio ambiente y con ello que mueran seres humanos, contaminan y matan porque su proyecto sólo reconoce la ganancia y no el bienestar de la población.
De la otra vereda están los vecinos que se autoconvocan, se movilizan y luchan en unidad para erradicar las antenas y por tener una vida digna.
Esta es un correo enviado a nuestra página, por uno de los vecinos autoconvocados de la asamblea:
«Las dos antenas de telefonía celular ubicada en calle Rawson, entre Nomeolvides y Verbena; y la otra en Av. Lacaze, entre Balboa y Begonia; desde hace ya más de 10 años cada una, hoy muestran sus consecuencias.
Personas fallecidas de cáncer, y otras tantas actualmente padeciendo alguna enfermedad cancerígena ha ido multiplicándose a lo largo de los últimos años. También es muy preocupante la aparición cada vez más notoria de chicos nacidos con malformaciones, con el síndrome de Dawn, nenes no videntes o con seria dificultad auditiva. La sospecha contra estas antenas aumenta día a día.
Aumentó tanto que, hace unos meses, había comenzando una pequeña movilización de unos pocos vecinos que ahora ha tomado mayor fuerza gracias a unos jóvenes de distintos puntos de Almirante Brown que dijeron BASTA. Esto no puede ni debe seguir así, menos aún cuando nos enteramos que una de las antenas se encuentra bajo nombre de un funcionario público municipal. Un funcionario, en teoría, nos debería representar ya que fue elegido por el pueblo, pero, por lo visto, no nos representa ni un poquito, sino que se llena los bolsillos a costa de la salud de la gente.
La movilización barrial es reciente, pero quiere seguir adelante y con más fuerza. Por este motivo les pedimos encarecidamente a todos los vecinos de Claypole, inclusive a los vecinos de otros partidos o localidades que están sufriendo la misma problemática, que unamos fuerzas contra estos monstruos radiactivos exigiendo el respeto a nuestros derechos a un ambiente sano como lo estipula nuestra Constitución Nacional, la ley general de medioambiente y que se tenga en cuenta el Principio Precautorio a la hora de determinar las normativas que regulan y limitan la exposición a los campos electromagnéticos.
¿Estamos dispuestos a ver enfermar a nuestras familias? NO, por eso digamos NO al cáncer, NO a la contaminación radioactiva.
En muchos lugares la gente pudo desmantelar las antenas o cambiar los transformadores eléctricos y hacer que, las municipalidades prohíban la instalación de antenas, que se respeten dichas ordenanzas. ¿Queda claro que no es una tarea imposible?»