La Presidente realizó ayer declaraciones destinadas a los empresarios. En ellas, les pidió que no se lleven la mano al corazón, sino al bolsillo, y así se den cuenta “todo lo construido en estos siete años de gestión”.
El diccionario define el cinismo como “Imprudencia, obscenidad descarada”. Si existiese una materia en las escuelas que enseñara qué es el cinismo, ateniéndonos a la definición, deberían pasar el video de ese discurso presidencial en todas las aulas del país.
La mandataria utiliza una gran verdad para decir una gran mentira. La verdad es que ni ella, ni los empresarios piensan con el corazón sino con el bolsillo; primero las ganancias, segundo las ganancias y tercero las ganancias. La mentira es que durante estos siete años se ha construido algo que beneficie al país y al pueblo. Lo construido es una enorme y fabulosa riqueza explotando el trabajo de millones de argentinos para beneficio exclusivo de los monopolios que están al frente del Estado y determinan todas las políticas de este gobierno.
Mediante la superexplotación de los trabajadores y el saqueo incontrolado y rapaz de nuestros recursos naturales, los monopolios se han visto beneficiados obteniendo ganancias como en pocas partes del mundo, mientras al país y a su pueblo nos quieren convencer que las migajas que dejan caer sirven para construir un presente y un futuro de prosperidad.
No es así Señora, usted y los gobiernos que la precedieron, han sido consecuentes sólo en una cosa: en darle vía libre al arrebato y al despojo que realizan los monopolios a los que sirven y de los que son parte. Ningún proyecto de país auténticamente soberano y a favor de los intereses de las mayorías se construye cuando lo que existe es, como Ud. bien lo dijo, fabulosas ganancias que quedan en cada vez menos bolsillos.
Ese proyecto se construye sólo desde la lucha irreconciliable con esos intereses que Ud. representa; así es como los trabajadores y el pueblo hemos conquistado todos estos años, ya que ni los gobiernos ni los monopolios nos han regalado nada, sino que todo ha sido fruto de la movilización y la lucha cotidiana de los que verdaderamente producimos las riquezas.