Esta es, sin duda, una frase que le calza como un guante
al gobierno de los Kirchner.
En medio de la “batalla” contra el monopolio Clarín, se conoció la semana pasada el dictamen favorable de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que autoriza la entrada de Telefónica de España (controlante de Telecom Italia) en Telecom Argentina, por lo que la empresa con sede en España se queda con el control absoluto de las telecomunicaciones en el país, y de los negocios que de allí se derivan, como el acceso a internet, la TV por cable y satelital, etc.
Lo que hace unos años fue el dictamen que benefició al grupo Clarín para legalizar la fusión de Cablevisión y Multicanal, hoy es el dictamen que se le vuelve en contra a ese grupo para beneficio de otro monopolio.
Al igual que otro dictamen no tan conocido, que autoriza la fusión de Claro y Telmex. En el medio, las volteretas legales que hagan falta serán realizadas, contando con todo el aparato del Estado al servicio de los grupos más concentrados de la oligarquía financiera.
Queda así al desnudo que en la época del capitalismo monopolista de Estado toda “cruzada antimonopólica” es pura mentira.
Se desviste a un monopolio para vestir a otro; en el medio se definen negocios multimillonarios y ese es el verdadero trasfondo de las peleas a las que todos los días asistimos.