La semana pasada, la prensa burguesa publicó cifras relacionadas con la situación laboral. Estos datos surgen de las estadísticas oficiales basadas en la información que declararon las empresas ante el sistema de la Seguridad Social.
Según esto: de 6.664.000 trabajadores en blanco, en cifras redondas, la mitad percibe sueldos inferiores a $ 2.500,00 por mes, y la cuarta parte percibe sueldos de menos de $ 1.500,00 mensuales.
Se trata de sueldos brutos, es decir que hay que aplicarles el 17% de descuento promedio para el pago de jubilaciones, obra social, etc.
Como estas cifras corresponden al mes de marzo de este año, habría que agregarles un aumento de un 15% promedio por los incrementos obtenidos.
Restándoles 17% y sumándoles 15%, podemos decir que estamos en la misma cifra.
Por otra parte la estadística de la que hablamos da cuenta que, además hay unos 4 millones de trabajadores en negro que perciben un salario entre 30% y 40% más bajo que el de los trabajadores en blanco.
La canasta familiar llega a los $ 3.000,00.
Del total de más de 10.000.000 que trabajan sólo unos 580.000 ganan más de $ 7.000,00, a los cuales hay que descontarles el “impuesto a las ganancias” y no perciben el salario familiar.
La publicación también nos dice que “2,8 millones de jóvenes de entre 18 y 29 años están inactivos porque estudian y no trabajan o porque no estudian ni trabajan”.
La misma burguesía que nos habla del extraordinario crecimiento del país y la prosperidad de los negocios nos hace trabajar jornadas de, al menos 10 horas diarias ó más, cuatro turnos, incrementa los ritmos de trabajo, emplea trabajadores contratados y en negro con sueldos aún inferiores, etc., publica cifras que hablan de que nos paga sueldos de hambre, hay casi 3 millones de jóvenes que no trabajan y, encima se resisten a los aumentos salariales que reclamamos.
Esta es la Argentina de los derechos humanos de los Kirchner.
Queda claro que con discursos como el de “distribución de la riqueza” no se generan mejores condiciones de vida para los trabajadores, sólo se trata de engañarlos, aunque no se lo logre.
También queda claro que luchando por aumentos salariales como los logrados en las últimas paritarias, reducción de la jornada laboral a 8 hs. y 40 hs. semanales pero con los sueldos que hoy se pagan por jornadas de más de 8 hs., y por el pase a planta de los contratados y en negro, no sólo mejoraremos nuestras condiciones de vida sino que también obligaremos a que las empresas incorporen más trabajadores.