A la hora de defender sus millonarias ganancias, la burguesía no titubea en usar todas sus herramientas. Policías, patotas sindicales, barras bravas, leyes, ministerios y todo lo que ya sabemos que está podrido y que el pueblo rechaza. Actos como el del 15de Octubre en cancha de River demuestran su enorme debilidad a la hora de encontrar apoyo popular, (los obreros de la gran industria faltaron masivamente a la cita) en el intento de consolidación de este proyecto de súper ganancias a costa de nuestra vida y salud.
El 2010 está batiendo todos los récords en la producción y para ellos, seguir en esta tendencia es fundamental, por eso intentan seguir aceitando este tipo de organizaciones sindicales que les sirven ya no sólo como contenedoras y policíacas dentro de las fábricas sino también como fuerzas de choque en conflictos contra los trabajadores.
Pero no todo les es tan fácil como quieren hacernos creer desde sus medios de comunicación. Las luchas cotidianas dentro de cada fábrica se van multiplicando, reclamos concretos, como mejoras salariales y en condiciones de trabajo o bien las ganas de empezar a ser protagonistas en las decisiones de lo que hasta ahora arreglan sólo por arriba los directivos gremiales con las empresas. A estos conflictos que día a día ponen palos en la rueda de su proyecto hay que sumarle la calidad del conflicto de Paraná Metal, dónde no sólo se consiguió la victoria en el plano del reclamo sino que lo más importante fue la unidad de todo el pueblo con la dirección clara de la clase obrera que se puso al hombro la concreción material del conflicto.
Esto marca un antes y un después en la calidad del enfrentamiento, hace que tengamos que redoblar los esfuerzos como pueblo para seguir construyendo la unidad, herramientas concretas que nos sirvan para romper el aislamiento que sufrimos dentro de nuestro trabajo, con obreros de las fábricas vecinas, con laburantes de otros sectores, empezar a plantarnos como clase y como pueblo.