Varios economistas del estáblishment político ya abren el paraguas y vaticinan una fuerte alza de precios para fin de año, a lo cual habría que agregarle las importantes alzas de los productos básicos del último mes, como la carne, por ejemplo. Y lo más elocuente, aunque no es una novedad, es que miran con preocupación este hecho, no porque signifique más sufrimiento para nuestro pueblo, sino que alertan con preocupación que se abrirá una alta escalada de reclamos salariales.
Es en este contexto que la policía política de los monopolios, es decir los sindicatos con Moyano a la cabeza, desde hace unos meses tomaron la iniciativa de implementar un proyecto de ley donde los trabajadores tuviéramos participación en las ganancias. Tras cartón, salieron a propagandizarla con bombos y platillos. Si hasta en el muro de los lamentos, el programa “6, 7 y 8” se juntó con Moyano para tirar loas sobre dicho proyecto, planteando que la participación en las ganancias es una gran conquista como objetivo que se planteaba el “movimiento obrero argentino”.
Pero en el medio de toda esta campaña de propagandización surgieron nuevos factores que no estaban dentro de los planes, como la muerte de Mariano Ferreira (que colocó en la escena nacional la problemática de las terciarizadas) y la muerte de Kirchner que sumó otro nuevo factor a la desvencijada crisis política de la burguesía monopólica. Lo cual llevó a que se auto plantearan una tregua y congelar el proyecto de ley, que a tan sólo una semana de esto intentan reavivarlo.
Pero de lo que nos queremos ocupar esencialmente es de lo que NO propagandizan, y ahí está lo sustancial y fundamental de dicha ley. Diríamos, para ser enfáticos, que ESTA es la ley. Primero, de cómo se va a repartir dicha participación en las ganancias entre los trabajadores, y he aquí el punto: a mayor cantidad de horas trabajadas, mayor el porcentaje. Es decir, del 10% que ya se sabe, el 2% es para los sindicatos, el 8% restante se reparte entre los trabajadores, de los cuales, los que más horas trabajen, más plata se llevan. De más está decir que en este punto el objetivo es que se trabajen turnos de 12 horas o más, que se elimine la cantidad de ausentismo (que ya es una preocupación para las empresas monopólicas); en pocas palabras, una nueva trampa para intentar frenar lo que ya se está imponiendo con la lucha que es “no trabajar más de 8 horas y 40 horas semanales”. Y por otro lado, buscan dividir en la lucha por reclamos salariales a los trabajadores, creando el falso eje de que “más trabajo, más plata”.
Ahora bien, esto no es aislado. Pretenden de que vaya complementado con un pacto social de no conflictividad, y para ello estaría el sindicato jugando el papel que mejor le queda, que es el de vigilante. La cuestión es la misma de siempre: buscar todo tipo de mecanismos para que no se lleven adelante reclamos salariales (como marcaría la ley burguesa) un argumento más de dar una vuelta de tuerca para planchar los salarios.
Esta es la GRAN CONQUISTA que se plantean los sindicatos respecto a la participación en las ganancias.
Grandes confrontaciones se avecinan en el terreno de la lucha salarial. Lo sabemos nosotros y lo sabe el enemigo. Pero en esta lucha no sólo está implicado el reclamo por salarios. Debemos barrer con los sindicatos adentro de las fábricas, generando verdaderas organizaciones políticas de la clase obrera donde las vanguardias debemos observar con amplitud estas nuevas organizaciones buscando sin desmayo, ahora, la unidad de la clase. Las expresiones que se den de unidad en esta etapa histórica son trascendentales pues los pasos que damos ahora serán la explicación de los grandes triunfos de mañana.